Un nuevo colisionador gigante examinará ‘la partícula de Dios’ y buscará materia oscura
La herramienta supone un coste de 2800 millones de dólares y estará construida dentro de una década.
El nuevo colisionador de hadrones gigante ayudará a revelar los detalles del supuesto hallado bosón de Higgs, así como a buscar materia oscura o encontrar respuestas a otros misterios del universo. Los científicos estiman que estará construido en menos de diez años.
Poco después de que la comunidad científica diera a conocer el posible descubrimiento de la ‘partícula de Dios’, calificada de “avance histórico” por ser clave para entender la formación del universo, los investigadores vienen a revelar los detalles del futuro Colisionador Lineal Internacional (ILC, por sus siglas en inglés).
El ILC, que supone un gasto de unos 2800 millones de dólares, será un proyecto de un consorcio internacional. Según explica Alberto Ruiz, investigador del Instituto de Física de Cantabria, “se busca una cooperación mundial, un paso más allá de los que hasta ahora se han hecho solo en Europa o EE.UU. Un proyecto que englobe a todos los países del mundo”.
¿Para qué otra herramienta?
Los expertos aseguran que será un dispositivo que complemente al actual Gran Colisionador de Hadrones (LCH, por sus siglas en inglés), el cual, según se prevé, estará en funcionamiento hasta 2030.
Por su parte, el ILC, que todavía se encuentra en fase de diseño, será mayor, unos 35 kilómetros de longitud y contará con la presencia de dos partículas: electrones y positrones, a diferencia de sus predecesores, el LHC y el Tevatrón, donde solo chocaban protones.
La gran precisión del dispositivo permitirá “actuar como un telescopio para explorar energías mucho más allá de las que cualquier acelerador nunca podría alcanzar directamente”, subraya Barbara Warmbein, la portavoz de la CERN, Organización Europea para la Investigación Nuclear.
"Los sucesos serán más pequeños, dado que la energía empleada será menor. No obstante, serán más limpios y más fáciles de analizar ya que emplearemos una tecnología más avanzada para ello”, añade Ruiz, haciendo hincapié en que “ahora que sabemos en qué circunstancias aparece el bosón, podremos reproducirlas en el ILC y medir con más detalles cómo es y sus características principales”.
Por otra parte, se prevé que la tecnología del ILC pueda ser empleada para estudiar, por ejemplo, un mejor control de la corrosión de materiales, mejoras en el almacenamiento de datos en los sistemas informáticos, los implantes médicos e, incluso, los sistemas de arranque de los aviones. “Conoceremos incluso los detalles que por ahora esconde el universo y sus rincones más remotos”, subraya Warmbein.
A ver que nos puede deleitar el señor Mth. Nueva forma de busqueda, es necesario otro dispositivo para su busqueda. Con esto podremos saber si la teoria de las cuerdas es cierta?