A pesar de todos los atractivos que ha conseguido reunir la República Bolivariana de Venezuela en los últimos 18 años de gobierno chavista-revolucionario-socialista (democracia participativa de alta calidad, paz y orden social, un elevadísimo nivel de seguridad jurídica, inflación contenida a niveles por debajo de los países europeos, atención sanitaria de primer orden, una excelente balanza fiscal, relaciones comerciales privilegiadas con los países vecinos, autoabastecimiento garantizado de energía eléctrica, práctica desaparición de casos de malnutrición infantil y un largo etcétera), la Subdirección General de Asuntos Migratorios del Ministerio de Asuntos Exteriores español ha confirmado que el número de militantes de Podemos que decidió emigrar al paraíso venezolano a lo largo de 2016 para disfrutar de la cálida hospitalidad del régimen chavista se mantuvo estable en cero.
Este dato representa un importante aumento del cero por ciento con respecto a 2015, cuando cero militantes de la formación morada eligieron comenzar una nueva vida en Venezuela, casi un cero por ciento más que en 2014, cuando se registró el extraño caso de un militante podemita que se extravió durante cuatro meses en el aeropuerto Simón Bolívar de Caracas tratando de esquivar a los perros antidroga de la División de Narcóticos.
Fuentes de Podemos han confirmado la información, aunque han querido precisar que “ganas no nos faltan, ¡qué más quisiéramos que poder residir en ese Edén de los Trabajadores Revolucionarios!, ains, arf, burp (perdón), pero no podemos abandonar la lucha diaria por la libertad y la democracia que mantenemos en España en contra del régimen criminal de Francisco Franco, que no hay manera de que se muera el dictador, y ya va para 120 años”.
En este mismo sentido se ha expresado un vocero autorizado del Gobierno de Nicolás Maduro, que ha expresado su voluntad de que “los militantes revolucionarios de Podemos vengan lo antes posible a Venezuela, como prueban las últimas acciones de la Guardia Nacional Bolivariana, que no cejan en su empeño de hacerles sitio”.