Espero que en el fondo, tanto este hijo de la gran puta como los hijos de la gran puta que le tienen como a una especie de mesías del pueblo vasco hayan aprendido una lección: la lección de que cuando no cumples la ley, el estado te castiga, pero no con un tiro en la nuca. Eso no es un castigo justo bajo ninguna circunstancia, ni ha tenido nunca ningún tipo de justificación. Este hijo de puta ha cumplido su pena y ahora es libre de andar por ahí vomitando su odio, lo que no van a poder decir todos aquellos a los que sus adláteres se cargaron.
Sí, creo que es una lección en la que podrían pensar. Lástima que como son retrasados, en lo único que van a pensar es en seguir tocando los cojones y promoviendo un odio que ya solo existe en sus mentes perturbadas de pueblerinos.