Sabéis (esto no lo descubro yo) que solemos tener miedo a lo desconocido, a lo poco habitual. Muchas veces ese temor es justificado: es normal que te acojone inquiete ver a Coentrao de lateral derecho contra el Barcelona; pero otras ese miedo no tiene razón de ser: como cuando un orco (sea él o ella) te invita a tomar café… y solo quiere tomar café (¡uf!).
Pues algo así le pasa a un hombre a un indígena arhuaco que vive en Pueblo Bello, César, en la sierra colombiana. Luis Daniel Torres tiene 20 años y un problema: su mujer acaba de dar a luz a trillizas y él no reconoce a dos de las criaturas porque dice que solo una es suya.
Impresionante bajo mi punto de vista.....