#452 no hace falta irse a métodos decimonónicos ni a una cohesión como la de la Alemania nazi, pero sí hace falta un proyecto europeo sólido y con unos valores que compartamos todos los ciudadanos. Nadie habla de llevar una pulsera con la bandera ni nada parecido.
Pero hay diversos temas en los que se han dedicado ingentes cantidades de dinero que nos dan una cierta cohesión a los ciudadanos de Europa, véase el ecologismo, por ejemplo. Seas francés, alemán o griego consideras que el cuidado del medio ambiente es importante y que no está bien tirar mierda a la naturaleza aunque resulte en algunos casos más cómodo. En cuanto a derechos LGTBIQ+ también tenemos, al menos en la parte más occidental del continente, la convicción de que cada persona es libre de sentirse atraída por el sexo que quiera y que no es motivo de vergüenza o castigo.
Si desde los gobiernos de la UE se hubiera dedicado el mismo esfuerzo a promocionar unos valores comunes de respeto y se hubieran cortado de raíz los ataques a dichos valores quizás estas personas ajenas a ellos los tendrían más asumidos. Lo que no puedes es mirar para otro lado mientras generaciones de jóvenes acuden en masa a los brazos de la "cultura magrebí" porque lo único que ofrece Francia es eco-feminismo. Los gobiernos occidentales han dejado todo el conglomerado cultural y aspiraciones en manos del mercado y de esos polvos estos lodos.
#455 un independentista catalán y un españolazo de abono en Las Ventas y pulsera de España tienen un sustrato moral común. El burgués catalán y el burgués madrileño comparten la mayoría de valores, solo cambia el que uno quiere una nacionalidad política X y el otro una Y. En Cataluña no se quieren independizar porque consideren que en el resto de España no se comparten sus valores, sino por motivos políticos que han instrumentalizado algunas características culturales para darle literatura al asunto.
Yo no hablo de que el descendiente de argelinos lleve la tricolor y suelte una lagrimilla al cantar La Marsellesa. Hablo de que son chavales que no sienten arraigo por la sociedad en la que viven, no valoran su comunidad política y ante tal situación abrazan una "cultura fuerte" que es la magrebí, que no comulga con muchos principios y valores que tenemos en Europa.