El aburrimiento no es placentero pero pensar demasiado no produce ninguna productividad. Pensar demasiado es un estado de alerta para no aburrirte.
¿Cuándo pensáis demasiado lo pasáis mal?
Uno se aburre cuando enferma y lleva tres días en la cama. Pero no piensa constantemente sino que busca soluciones para sí mismo. También, sucede lo mismo cuando no hacéis ninguna cosa en vacaciones pero sabéis que estáis en vacaciones, y comprobáis lo que hacen los demás.
Pensar demasiado atrae el arrepentimiento, es rechazar algo que harías en ese momento pero prefieres no llegar a ese momento. Pensar demasiado es no llegar a dónde queremos para volver a llegar.