Todo ocurrió cerca de Manchester. Por lo visto una desalmada criminal vendía peces de colores a menores de 16 años, algo ilegal en UK y deleznable. Sí, como lo oís, peces, menuda gentuza.
Cuando la policía se enteró, montó un operativo y usó a un chaval de 14 años como cebo para la venta ilegal (sí, exacto, a los menores de 16 no se les puede vender peces de colores pero sí pueden participar en operativos policiales).
La operación salió bien y se detuvo a la peligrosa mujer de 66 años y a su hijo, ambos una amenaza para la sociedad. Fueron llevados a juicio donde se les condenó a lo siguiente:
La mujer de 66 años, 1.000 libras de multa (más de 1.100€) y llevar un localizador electrónico durante 7 semanas, no vaya a ser que huya del país a vender peces de colores en México.
Su hijo tiene que pagar 750 libras (más de 800€) y 120h de trabajos comunitarios, ya que perjudicó gravemente a la sociedad, ahora tendrá que enmendarlo.
Algunos "pichaflojas" han criticado que la policía no tenga nada mejor que hacer que montar operativos a ver quien vende peces de colores y que los jueces hayan sido tan duros, pero habérselo pensado antes de poner una tienda de animales, que uno es traficar con droga, pero peces, por Dios, donde vamos a llegar.
Gracias al eficiente trabajo policial y de los jueces, los ciudadanos de Sale pueden dormir más tranquilos sabiendo que ningún desalmado les venderá peces a sus hijos.