Historia
El teniente Hiroo Onoda, del Ejército Imperial Japonés, detenta la marca del soldado que más combatió o que más tiempo estuvo en servicio en la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de la continua ausencia de oposición armada durante veintinueve años, el Teniente Onoda, cada mañana, salía de su guarida en una remota isla de las Filipinas y disparaba una salva en honor del Emperador. Hasta que el 10 de marzo de 1974, a las tres de la tarde, fue convencido por unos turistas de que la guerra había terminado en 1945. Lo cierto, es que ya en aquella época se le arrojaron, desde aeroplanos, sacos conteniendo cartas en las que se le decía que podía regresar a casa y que vendrían a buscarle, en helicóptero. Pero él creyó que era un truco de los yankis para engañarle y siguió escondido años después de finalizar la guerra.