http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2006/573/1161468001.html
A lo largo del día de hoy, antes o después de que usted acabe de leer este suplemento, un apretón de manos sentenciará la suerte del primer partido paneuropeo de inmigrantes de la Historia. Sucederá en España, en algún lujoso hotel de la capital, en el contexto de un partido de fútbol -el Real Madrid-Barcelona- y sin necesidad de testigos. A un lado de la mesa estará uno de los hombres más ricos de Rumanía, Gigi Becali, presidente del Steaua de Bucarest y del partido político Nueva Generación, con representación parlamentaria en su país. Al otro estará Augusto Tecu, 38 años, constructor rumano emigrado a Castellón, y presidente del recién constituido Partido Independiente Rumano (PIR) con el que espera concurrir a las próximas elecciones municipales españolas, en mayo del año próximo.
Becali, según fuentes próximas a la directiva madridista, «se autoinvitó» al derby del Bernabéu aprovechando la comida que mantuvo con el presidente madridista, Ramón Calderón, con motivo de la visita del club blanco a Bucarest para jugar su partido de la Champions. Incluso, amenazó con aparecer con la Copa de Europa que el equipo rumano ganó al F.C. Barcelona hace 20 años, de doloroso recuerdo para los culés.
Calderón, educado, recibió la directa indirecta de su incómodo anfitrión después de que éste simulase un pacto de sangre -con mermelada afortunadamente- entre los dos mandatarios ante una cámara de televisión y se ofreciese a regalarle al mejor jugador del Steaua sólo por el ánimo de agradar al presidente del equipo más galardonado del mundo.
Pero el magnate rumano -que presume de haber hecho una fortuna de cientos de millones de euros en los últimos 15 años gracias a «la ayuda de Dios que me orientó en mis inversiones inmobiliarias»- es un hombre de altas prestaciones al que le gusta aprovechar el tiempo.
Sabedor de que Rumanía ingresará en la Unión Europea el próximo 1 de enero, como miembro de pleno derecho y que, a partir de ese momento, sus cuatro millones de inmigrantes repartidos por todo el viejo continente tendrán derecho a votar, Becali ha urdido un proyecto para ganar fuera de casa lo que todavía no ha logrado dentro.
Se trata de financiar pequeños partidos independientes en cada país, con candidatos exclusivamente rumanos, orientados a captar esos votos emigrantes a los que poder recurrir luego cuando vuelva a presentarse como candidato a la presidencia de Rumanía, dentro de dos años.
Y, con la materialización en España del PIR, el primer eslabón del proyecto de Becali se consolida. En nuestro país hay empadronados 381.955 rumanos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), formando la tercera comunidad por número de inmigrantes. Todos con derecho a voto el próximo mes de mayo a excepción de los menores de edad. Bastará con que se inscriban a tiempo en el censo electoral y que ejerzan su derecho ese día.
Según un estudio -aún sin concluir- que está realizando la Asociación de Emigrantes Rumanos en Castilla-La Mancha, al menos 400 localidades en toda España podrían depender del voto rumano a la hora de elegir alcalde. «Son aquellos municipios donde el gobierno local se decidió por un escaso margen de votos en las últimas elecciones municipales de 2003 y ahora cuentan con una significativa comunidad rumana empadronada allí», asegura su presidente, el abogado rumano Daniel Comanita.
Los ejemplos alcanzarían desde capitales de provincia a pequeñas aldeas. Teniendo en cuenta que la Ley Electoral dispone que para obtener un primer concejal hay que conseguir, al menos, el 5% de los votos, la proyección de ediles de origen rumano se multiplica por toda la geografía nacional. En Castellón capital podrían conseguir hasta tres -pudiendo formar así su propio grupo municipal- y dos en Alcalá de Henares.
CUENTAS
En esta última localidad, de más de 200.000 habitantes, el voto se decidió en las últimas municipales por apenas 3.000 votos o, lo que es lo mismo, la sexta parte de los rumanos empadronados. En pueblos como Ricla (Zaragoza) o Pradejón (Madrid) podrían conseguir uno de cada cinco votos. Y sólo en Castilla- León, su participación podría ser decisiva en media docena de municipios con más de 1.000 habitantes, los mismos que en la provincia de Castellón.
Augusto Tecu hizo sus cuentas mucho antes que sus compatriotas castellano manchegos. «¿Para qué dar nuestro voto a unos partidos que no sabemos si nos van a defender realmente cuando podemos conseguirlo nosotros si nos unimos?», reconoce el constructor cuya empresa cuenta ya con una treintena de empleados.
«Nuestras reivindicaciones son muy básicas: queremos bibliotecas, escuelas en dos idiomas, iglesias ortodoxas donde poder ir a rezar -ahora lo hacemos en locales comerciales-, acceso a la doble nacionalidad para poder cobrar pensiones en nuestro país... ¿Nos lo van a dar eso los socialistas o los populares? Ya tenemos 100 afiliados y esperamos conseguir muchos más cuando comience la campaña y nos registremos oficialmente después de la entrada de Rumanía en la UE», reconoce Tecu.
El PIR ya tiene estatuto, un programa político en fase de redacción, unos militantes ilusionados, un presidente y -ésta- su primera foto en un medio de comunicación español. Y de lo único que carecían, dinero, están a punto de conseguirlo si las negociaciones de hoy, anunciadas a CRONICA por el propio Tecu, llegan a buen puerto. A Gigi Becali le sobra. En Villareal, la rica ciudad castellonense, todavía recuerdan sus excesos el año pasado cuando su equipo se enfrentó en una eliminatoria europea al Steaua de Bucarest.
Becali se gastó más de 60.000 euros en alquilar un Airbus 380 -uno de los mayores aviones del mundo- para desplazarse con sus amigos -entre ellos el líder ultranacionalista Corneliu Vadim- a España mientras que los jugadores llegaron en línea regular. También envió su coche de un millón de euros con su chófer para recogerle en el aeropuerto. En el famoso portal de internet You Tube aparece incluso un divertido vídeo en el que se ve al magnate intentando arreglar una avería en el motor de su caro vehículo a golpes de llave de tuercas...
Dicen de él que tiene muy mal carácter, que es un machista consumado y son conocidos sus desplantes a la prensa -a la que no concede entrevistas-, sobre todo en programas de televisión en directo. No en vano le llaman el Berlusconi rumano, aunque todavía no haya podido dominar ningún canal mediático como el cavaliere en Italia.
Esta casado, tiene tres hijos y hay quien comenta que de niño fue pastor en la provincia rumana que hace frontera con Albania. Hace unos años, fue investigado por el Departamento Nacional Anticorrupción por un turbio asunto de recalificación de terrenos. A su favor, sus amigos dicen que cumple como nadie la atávica tradición rumana del everghet, aquella por la que aquél que se enriquece rápidamente tiene que dar parte de su fortuna a los más pobres.
Su popularidad, gracias al fútbol y a su espontáneo carácter, está creciendo en Rumanía como la espuma. Según la última encuesta del Instituto Nacional de Sondeo de Rumanía, Becali es el segundo hombre más querido del país -con un 43% de los votos- tras el propio presidente, el también centroderechista Traían Bâsescu, que consiguió el 59%. Hace dos años, su partido Nueva Generación, obtuvo el 7% de los votos -unos 600.000 en total-, muchos menos de los que obtendría ahora y, menos aún, si lo comparamos con la potencialidad que ofrece su expansión europea. La formación es considerada como de derechas, antisistema y muy ligada a los grupos ultranacionalistas de la antigua Europa del Este.
¿Pero realmente están los rumanos dispuestos a votar a un partido político creado por unos compatriotas? «La gente no se fía de los políticos de su país porque arrastran una gran tradición de corrupción. Los partidos de allí, desde luego, han perdido toda su credibilidad. Se vota según sea de fiable el candidato. Yo creo que un partido rumano en España es una locura porque no ayudaría a nuestra integración, sino todo lo contrario», asegura Gheorghe Gainar, presidente de la Asociación Cultural de Ayuda e Integración del Pueblo Rumano, una de las primeras que se establecieron en Alcalá de Henares.
«Los rumanos no nos vamos a unir en torno a un partido porque no estamos muy organizados. Yo creo que cada uno irá a lo suyo. Además, yo creo que todo el mundo sabe que vivimos en el mejor país del mundo para acoger gente y no van a morder la mano que les da de comer», afirma el empresario Ioan Drovota. «Yo les votaría si no hubiese partidos generalistas. Pero me fío más de los políticos españoles», comenta desde El Egido (Almería) Ioana Anastasiu, futura candidata a concejal en las listas del PP en esta localidad.
Y si no están muy convencidos de votar a su propio partido, ¿a quién van a votar entonces? «Los rumanos, como muchos otros emigrantes de los países del Este, tendemos naturalmente hacia el centroderecha por todo lo que sufrimos con la dictadura comunista. Aquí, en cambio, nos ha asustado a veces los discursos xenófobos de algunos dirigentes del PP y otros, en cambio, se quedaron seducidos por el proceso de regularización del PSOE que les ha facilitado mucho la obtención de los papeles», asegura el actor Valentín Protivitu, de la asociación cultural rumana ¿Por qué no?
Según un estudio realizado a principios de año por Noelia Ruiz y María Paz Usero para la empresa de estudios de mercado ASM, José Luis Rodríguez Zapatero es el líder más conocido y valorado por los rumanos, seguido de Mariano Rajoy. Sin embargo, y analizando los datos de forma evolutiva, Rajoy está recortando distancias a pasos agigantados al aumentar 18 puntos en un año frente a casi cuatro del líder socialista.
En cuanto a la intención de voto, se destaca que la intención en favor del Partido Popular se sitúa en un 23,5% en Diciembre de 2005 frente a un 19,6% que votarían al PSOE. Probablemente, según las autoras del estudio, esa diferencia habrá aumentado a día de hoy.
Probablemente, la solución al enigma del voto rumano podría venir de lo que el matrimonio formado por el periodista español de origen rumano y afiliado al PP, Alexandru Petrescu, y la ex entrenadora del equipo nacional de gimnasia, Mioara Andone, actual presidenta de la asociación de mujeres A flor de piel proponen: «escoger a una veintena de intelectuales bien preparados que sepan conciliar el entendimiento entre los españoles y los inmigrantes, más allá de los intereses políticos de unos u otros, porque eso es lo más importante. Poder vivir en paz...».
A LA ESPECTATIVA
El PSOE y el PP parecen no haber reaccionado todavía ante este nuevo mercado. Por lo menos a nivel nacional. Fuentes de ambos partidos han reconocido a CRONICA que no tienen planeada ninguna estrategia especial para captar el voto de esos emigrantes «porque para nosotros todos tienen el mismo valor», dicen desde Ferraz; «lo único que vamos a hacer es poner nuestro programa político en sus idiomas en determinados municipios», reconocen por su parte en Génova.
Otra cosa es lo que están haciendo a nivel más local los políticos de los dos grandes feudos rumanos en España: Castellón y Madrid. El alcalde popular de la capital levantina, Alberto Fabra, viajó el año pasado a Rumanía para estrechar lazos con la provincia de Tergoviste, zona de la que proceden la mayoría de los 20.000 rumanos empadronados en Castellón, cuyo casco viejo parece un apéndice de cualquier ciudad rumana los domingos por la tarde. La influencia de su cultura es tal, que una de las nuevas glorietas del ensanche de la ciudad ha sido bautizada como Plaza de Bucarest.
Por su parte, Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, también viajó a Rumanía en enero pasado, lo mismo que el alcalde de Coslada o el de Alcalá de Henares, donde viven otros 20.000 rumanos, el 10% del total de su población.
«¿No os habéis dado cuenta de que hace tiempo que no sale nadie de los partidos madrileños hablando de las "mafias criminales del Este" o vinculando la delincuencia con este tipo de inmigrantes? Por más que lo nieguen, cerca de 400.000 votos son demasiados como para perderlos con frases como esas. Y los rumanos lo saben. Por eso les interesa controlar su voto para luego negociarlo al mejor postor», asegura Félix Ducha, analista de los flujos migratorios entre Rumanía y España.
Algunas voces apuntan, incluso, extrañas alianzas entre grupos conservadores cristianos -como los Legionarios de Cristo, con mucha presencia en la administración de Aguirre- con las iglesias adventistas ortodoxas rumanas, muy implantadas en la colonia inmigrante de esta nacionalidad, y cuyas pautas morales tienen muchos puntos en común con las de los Legionarios.
VOTOS DECISIVOS.
Para las elecciones municipales de mayo unos 400 municipios españoles dependerán del voto rumano para elegir a sus alcaldes. Según la ley electoral, hace falta el 5% de los votos para obtener el primer concejal. El resto vendrá determinado por las complicadas fórmulas de la Ley d'Hont. Todos estos pueblos tienen en común que las diferencias en los anteriores comicios fueron mínimas y ahora cuentan con una amplia colonia rumana.
Jujujuju, esto se anima ¬¬... ¿Qué opináis del tema?
Salu2 
Edito -> Que algún moderador edite el título. Es PIR: Partido Independiente Rumano.
