Foto del Café Royalty, uno de los que conservan la estética del s. XIX
Ya no se habla en los cafés. El fondo de la taza se confunde con con las letras del teléfono móvil. El “pónmelo templado que tengo prisa” se escucha con frecuencia cada mañana. Pero hubo un tiempo en el que la vida en Cádiz giraba en torno a los cafés de la ciudad. Fue a finales del siglo XVIII, con la Pepa en el aire.
“El café era una de las instituciones más significativas del Cádiz que retrata González del Castillo -en su sainete El Café de Cádiz-. Hasta tal punto, que puede afirmarse que fue en esta ciudad donde apareció este tipo de locales, que después se extendieron por toda España como centros en muchas ocasiones de la vida política y cultural”. Así lo expone el profesor de la Universidad de Cádiz Alberto Romero Ferrer.
En esa época sí que se hablaba en los cafés. Estos locales acogían tertulias políticas y literarias, eran el lugar de encuentro para discutir e intercambiar opiniones. Incluso se leía la prensa en voz alta. Y aunque los cafés y las tertulias de Madrid sean muy conocidas, fue en Cádiz donde este movimiento nació.
D. Alberto Romero Ferrer es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Cádiz y Director del Grupo de Estudios del Siglo XVIII de la UCA. Es Vice-secretario de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII, miembro de la Sociedad de Literatura Española del siglo XIX y de la International Society for Eighteenth-Century Sytudies entre otros cargos, así como Especialista en Literatura Española de los siglos XVIII, XIX y XX e investigador.
Antes de nada, decir que el artículo me ha parecido interesante, y habiendo leído un poco más sobre el profesor Romero, me ha parecido que podía compartirla, seguro que a alguien más le parece curioso el artículo.
Decir también, que el de la foto, es uno de los cafés más bonitos que hay en Cádiz, y que si tenéis la oportunidad de visitarlo, lo hagáis. Así como postear fotos de otros cafés que os parezcan también bonitos en vuestras ciudades (u otras).
Habrá quien venga criticando el artículo por el simple hecho de no querer aceptar sin reservas su tajante afirmación (aunque cierto es, que habrá que cogerla con pinzas, a pesar del voto de confianza que exigiría tanto respaldo académico) pero aún así, espero que la mayoría no se deje cegar por la envidia/el desprecio.
- ¿Creéis que han dejado de utilizarse los cafés como lugares de tertulias intelectuales? No me refiero a quedar con los amigos para charlar sobre el resultado del último partido del Medina C.F. de tercera regional.
- Aún recuerdo cómo me sorprendió en Londres la existencia de oradores, que hablan al público sobre diversos temas, como economía, política, religión...
¿Se ha perdido este aspecto en nuestra sociedad actualmente?