Si la ley en España fuera tan jodidamente terrible y los inquilinos la mayoría unos aprovechados, la gente no pondría pisos en alquiler ni los compraría para alquilar, tendríamos noticias diarias de problemas en pisos (y no sólo cuando Securitas Direct paga publireportajes) y por lo menos el PP ya habría movido ficha para arreglar el asunto por puro clamor popular.
El asunto es infinitamente más simple: si no eres un hijo de puta, un usurero o un metemierda, y le dedicas un mínimo de 2 horas a revisar las redes sociales y el background de tu inquilino, ya tiene que torcerse la cosa un huevo para que esa persona te destroze el piso, te lo ocupe o cualquier otra de las miles de historias de terror que se cuentan.
Los inquilinos quieren vivir tranquilos, pagar su mensualidad, que el casero les arregla lo que legalmente tenga que arreglar y si además resulta que son majos y no aprietan o si viene alguna desgracia (como el covid) ayudan un poquito pues genial. Nadie va con la idea de cargarse las cosas de otra persona a menos que sean unos cabralocas y esos no se alquilan pisos en buenas zonas o ya se les huele desde un principio.
Nadie caga donde come.