Al leer el título creía que el debate iba por la parte que se refiere a la separación obra/ artista para valorar la obra en cuestión. Es decir, si le damos carta blanca a un artista consagrado para hacer cualquier mierda y que ya, por el hecho de haberla creado él, se adore prácticamente. He visto que no van por ahí los tiros.
Respondiendo a la pregunta yo creo que sí que se puede separar a la obra del artista y que, de hecho, todos lo hacemos. Al menos yo todavía no he conocido a nadie al que le guste consumir un producto determinado y tenga la suficiente fuerza de voluntad como para dejar de hacerlo debido a que su autor ha cometido un acto reprobable. Yo creo que ese es el verdadero dilema, es decir, si a mí, que me gusta Harry Potter, sería capaz de desvincularme de la obra porque no quiero tener nada que ver con JK Rowling. (Excluyo en este sentido a los wokes a los que HP ni les va ni les viene pero se suben al carro de la cancelación porque es la moda, porque esos ni tienen dilema ni tienen nada).
Yo creo que es compatible reprochar conductas de dudosa moralidad/legalidad y al mismo tiempo disfrutar de las obras que crea un autor porque son entidades distintas. Hacer recaer una pena sobre una obra (una película, un libro, etc.) nos situaría en un sistema represivo carente de sentido, como el de aquella época en que se quemaban libros en el mejor de los casos. En el peor, la pena recaía también sobre la familia del penado. Perdonad que oriente mi comentario hacia el ámbito jurídico, pero es que la filosofía del derecho represivo tiene que ver con la pregunta de OP. Hoy mismamente nuestro derecho penal establece que lo que ha de castigarse no son personas, sino conductas. On topic: creo que estamos ante una situación parecida. Sí, ya sé que consumiendo el producto estás haciendo rico al autor Y qué. Creo que hay más formas de mostrar el reproche aunque sea públicamente y dejar de ver esa peli, leer ese libro o ir al fútbol repercute negativamente en ti.
Por otra parte, el hecho no separar obra de artista es poco coherente. Porque muchas de las obras que no están canceladas, no lo están por omisión, es decir, no lo están porque todavía no han salido trapos sucios del autor, pese a que puedan estar ahí. Entonces, ¿hay que poner una policía cultural para ver qué sí consumir con la conciencia tranquila y qué no? xd. Porque eso está claro que pasará. Ahora mismo hay creadores que habrán cometido o cometerán actos totalmente reprobables, pero claro, como nos creemos que somos colegas de los famosos y que si pasa algo nos enteraremos mañana sí o sí, pues nada, será que son seres de luz si todavía no ha salido nada en las noticias.