Os voy a contar el caso de Jesús Antonio Campuzano, un romantico de los pocos que quedan, porque no es de esos que salen corriendo tras meterla, en palabras de la mujer:
Tras realizarle una felación, llegara incluso a pedirle perdón por lo que estaba haciendo. No solo eso, sino que «me pidió el teléfono para quedar al viernes siguiente. Le dije que me lo había quitado, me lo devolvió y le di un número falso. Antes de irse, me ayudó a vestirme, me besó y me dijo que me iba a llamar. Y se fue».
http://www.laverdad.es/murcia/v/20110715/region/pidio-perdon-telefono-para-20110715.html