El piloto Aleksandr Saluk, estaba disputando uno de los tramos de la prueba al volante de su Mitsubushi Lancer IX. En una de las largas rectas del trazado turco, el vehículo alcanzó más velocidad de la debida y llegó a una rampa que lo elevó varios metros por encima del suelo.
Gracias a su pericia, el piloto pudo seguir la prueba aunque más adelante tuvo que abandonar por culpa de los daños ocasionados en el aterrizaje.