#55 Lo de Zeus aún tiene pase, puesto que podía convertirse en cualquier cosa se puede suponer que también en negro. Pero lo de Aquiles que es descrito como blanco y rubio, Netflix haciendo de sjw como siempre.
Que tengan que pasar todos estos años para darme cuenta que Chicho tenia la misma voz que el de Este niño es un demonio.
Normal que lo recuerdes varonil, como que Ranma es un tío... lo que pasa es que se cae en un estanque embrujado y cada vez que se moja con agua fría su cuerpo cambia al de una mujer, pero sigue siendo él solo que con otro cuerpo.
#31 MADRE MIA que puta mierda es esa?
joder tio , que hagan una serie con un prota negro, a mi me parece perfecto, y si me mola la veré, igual que me mola shadowmoon por ponerte un ejemplo o luke cage, incluso el capitaán america 2.0 pero que cojones es eso de Aquiles negro? desde cuando los héroes griegos eran negros? más bien, desde cuando en la Grecia clásica había negros? vaya puta estafa colega xddddddddddd
#68 no, no, ni mucho menos.
Pero es obvio que hay una corriente de "reposición" , y que ahora todas las pelis las tienen que protagonizar o personas de raza no caucásica , o mujeres, en compensación por los 70 años de hollywood protagonizado por varones blancos.
Eso es meter con calzador, por ej. como antes pusieron , haciendo un Aquiles negro, pero que sandez es esa? Que saquen la serie del Shaka Zulú, pero Aquiles negro es un insulto a la inteligencia, como lo sería un Aquiles chino o una Aquilesa.
Yo todavía espero a que hagan una peli donde el villano principal sea negro y no un mero sicario. Es muy tendencioso que los malos siempre sean blancos.
#55 Es la BBC, una cadena sionista que suele meter ese tipo de mierda en sus producciones. Yo tampoco sabía que habían hecho esta mierda, es repugnante.
#67 Intentan reescribir la historia europea metiendo etnias que nunca estuvieron ahí. Es la forma en la que condicionan a las nuevas generaciones para que acepten el multiculturalismo.
#73 Pues nada , que quemen los libros y a los brujos y reescriban la historia como les salga de los cojones, terminaríamos antes.
#74 Ya lo hacen ya...a tí y a mí nos escandaliza porque hemos crecido fuera del ámbito policorrecto y vemos lo absurdo del tema, pero las nuevas generaciones e incluso no tan nuevas aplauden este tipo de apropiaciones culturales porque lo ven como algo muy moderno. Yo por eso paso de ver series o películas que vayan de manera descarada por esos derroteros, no pienso financiar el mancillamiento de mi cultura.
Ahora Spiderman en los cómics es latino, se dice que quieren que 007 sea una mujer, en la peli esa de Death Note pusieron a un L negro, y así. Lo que me extraña es que, no se, el biopic de Chruchill que hay en los cines no lo encarnara un chino.
Y hoy día sería imposible que sacaran ESDLA, pues ya le tacharon algunos de racista hace 15 años...
Un grande, como el Follet Tortuga otro que no se quedaba atrás, haciéndose pequeño para que Bulma le hiciera una lluvia dorada jajajaj.
Las feminazis pondrían el grito en el cielo y se dejaría de emitir reemplazandolo por los dibujos de hoy en día que vuelven retarded a los niños.
Cómo los dibujos antiguos no habrán ningunos, reconozcámoslo!
La verdad es que no se por que no está aceptado en la sociedad que en la tele pública estén 2 homosexuales dándose por el culo y chupándose las pollas la verdad.
Puta sociedad homofóbica.
Pobres Millenials, ya los han engañado y jamás van a comprender que cuando más irrespetuosa sea una serie cómica más divertida es.
Mis padres me prohibían ver eso xDD
Y mi abuela, que es de los años 20. No creo que solo les parezca inapropiada a los Millenials.
Publicado el 28 de enero de 2018 en XL Semanal.
La profesora de Osaka
Arturo Pérez-Reverte
Pues eso. Resulta que mi amigo Manolo leyó ayer que los príncipes de Disney, los guaperas que besaron a Blancanieves y a la Bella Durmiente para despertarlas del sueño mágico, eran unos agresores sexuales de tomo y lomo. Leyó eso, como digo, conclusión extraída por una profesora de no sé qué universidad –la de Osaka, me parece– y comprendió, el infeliz, que engañado había vivido hasta hoy, Sancho. Porque el principito que besa a una principita encantada no lo hace, como él creía, para liberarla del maleficio, sino porque es hombre y como tal no puede tener buenas intenciones; y porque, por mucho que se tire el pegote de salvarla, en el fondo lo que quiere es pillar cacho. Y además, el fin no justifica los medios.
Porque a ver, razonemos. Como la moza está dormida, no hay manera de que dé su consentimiento. Y eso sitúa ante un imposible metafísico: sin consentimiento previo, nadie puede besar. Así que es preferible que el príncipe vaya a mamarla a Parla, y nadie bese a la moza, y ésta siga dormida hasta dar un consentimiento que sólo puede dar despierta. Pues que ronque y se fastidie, oyes. Haberte comido un plátano en vez de una manzana, guapi. Porque, bien mirado, ser felices y yantar perdices, por bonito que suene, no puede lograrse a costa de una agresión sexual. Ese beso robado y todo el cuento en general, dice la profesora, son una incitación directa a la violencia sexual, hasta el punto de que relatos como ese, o sea, casi todos, son perniciosos para los niños y deberían prohibirse en la escuela, en el cine y en todas partes. O sea, quemarlos.
Y así, con ese mal rollo en la cabeza, se acostó Manolo anoche y se despierta de madrugada junto a ese pedazo de señora con la que tiene la suerte de compartir lecho estos días, o estos años, o toda la vida, según de qué Manolo se trate. Y como hay algo de luz que entra por la ventana, se la queda mirando mientras la oye respirar y piensa que nunca está tan guapa como a estas horas, dormida, tibia, con esa carne estupenda relajada y cálida, el pelo revuelto en la almohada, la boca entreabierta. Para comérsela, o sea. Sin pelar. Y, bueno, como Manolo es fulano de normal constitución y gustos clásicos, siente el estímulo lógico en tales casos, y la carne, por decirlo de un modo perifrástico, reclama lo natural –todavía no han logrado convencerlo, aunque todo llegará, de que tampoco eso es natural–. Así que se dispone a besarla. Pero de pronto se acuerda de Blancanieves, la Bella Durmiente y la profesora de Osaka y piensa: la cagaste, Burlancaster.
El caso es que Manolo inspira hondo, se levanta de la cama y se debate con su conciencia en pijama y descalzo por el dormitorio –a riesgo de agarrar una neumonía–. Mira, duda, vuelve a mirar esa estupenda forma de mujer bajo la colcha, y vuelve a dar otra vuelta blasfemando en arameo. No puedo ser tan miserable, se reprocha. No puedo arrimar candela por las buenas. Tengo que despertarla antes, para que no sea agresión sexual no consentida. Hola, mi amor, buenos días. ¿Te apetece que te haga un homenaje, y viceversa? ¿No te sentirás violentada en tu libertad? ¿Y en tu igualdad? ¿Y en tu fraternidad?
La verdad es que no lo ve claro. Ni de coña. La profesora de Osaka lo ha hecho polvo. La bella durmiente sigue dormida, y a lo mejor hasta despertarla sin beso, tocándole un hombro, también es agresión sexual. Atenta contra su libertad de dormir cuanto le salga del chichi. Manolo se ve, o sea, como los babosos príncipes de los cuentos. Fuma un pitillo para tranquilizarse, vuelve a pasear por la habitación –la neumonía está a punto de caramelo–, se para de nuevo a mirarla. La verdad es que está guapa que se rompe, piensa. Se acerca con cautela y la destapa un poco. El camisón de seda se ha movido y se le ve una teta –o como se diga ahora– preciosa, espléndida, gloriosa. La carne pecadora acucia a Manolo de nuevo. Pero se acuerda otra vez de la de Osaka, así que, en un acto de voluntad admirable, va al cuarto de baño y se da una ducha fría, por no hacerse otra cosa. Sale tiritando, se pone otra vez el pijama y se mete en la cama, orgulloso de sí mismo. Pero como está aterido y ella sigue tibia que te mueres, se pega a su cuerpo cálido. Entonces ella se vuelve hacia él, dormida aún, y a tientas, en sueños todavía, le pone una mano en plena bisectriz y murmura «cariño». Y, bueno. Manolo ignora si está soñando con él o con George Clooney, pero le da igual. Porque ese es el momento exacto en que a la profesora de Osaka le dan mucho por el sake.
Evidentemente Chicho seria duramente criticado y se intentaria censurar.
Chicho habría nacido como Chicha y se habría cambiado de sexo para ser lesbiana.
Como no se le ve el nabo de goma nunca, toda la serie sería igual ya que defendería la libertad de los transgéneros.