¿No se trata, a fin de cuentas y en ambos casos de lo mismo? ¿De la sublimación de la potencia sexual mediante un régimen de castidad destinado a redirigir aquella energía hacia la adoración de una figura femenina que se considera pura y reconfortante? ¿Acaso no se complacen ambos -el otaku y el cristiano- en tratar con estas figuras a través de ensueños fantasiosos y narcicistas donde el placer de contemplarlas desborda los sentidos hasta el punto de producir en ellos un paroxismo casi místico; donde adorador y figura adorada se funden en un amor en apariencia infinito?
#1 No es adecuado ni preciso equiparar a las waifus, personajes de ficción creados en la cultura popular japonesa, con los cultos marianos, que son prácticas religiosas basadas en la veneración a la Virgen María dentro del cristianismo. Aunque ambas pueden involucrar elementos de adoración y sublimación de la sexualidad, sus orígenes, propósitos y prácticas son diferentes.
Las waifus son personajes ficticios, a menudo de anime o manga, que los fans encuentran atractivos o interesantes y a los que dedican una atención especial, como coleccionar productos relacionados con ellos o crear arte en su honor. La atracción a estos personajes puede ser en parte sexual, pero también puede ser simplemente por su personalidad, apariencia o historia.
Por otro lado, el culto mariano es una práctica religiosa que involucra la veneración a la Virgen María, la madre de Jesús en el cristianismo. Esta práctica ha existido durante siglos y se basa en la creencia de que la Virgen María es una intercesora poderosa entre los fieles y Dios.
Aunque la sublimación de la sexualidad y la adoración pueden ser elementos presentes en ambos casos, sus propósitos y prácticas son distintos. Las waifus son personajes de ficción que los fans disfrutan y a los que dedican tiempo y atención, mientras que los cultos marianos son prácticas religiosas que tienen como objetivo la adoración y la conexión con lo divino a través de la Virgen María.
Es importante tener en cuenta que la relación entre un fan y su waifu es una fantasía personal, mientras que la relación entre un creyente y la Virgen María es una práctica religiosa que se basa en la fe y la tradición. En resumen, aunque hay algunas similitudes superficiales, no es apropiado ni preciso equiparar a las waifus con los cultos marianos.