A veces pienso que los países nórdicos y centroeuropeos son el Paraíso terrenal, y que en él habitan seres mágicos que te colman de felicidad y alegría, mientras en sus plazas bebes de infinitas fuentes de los néctares más variados, que te embriagan con la dicha más absoluta. Aquí, en cambio, debemos ser personas de lo más abyectas y obtusas, degradados genéticamente por nuestras prácticas históricas, que han hecho de la latinidad el estiercol del mundo: gestionan mejor, son más guapos, comen mejor, viven más, son más felices, follan mejor, no hay ladrones, sus políticos son entidades celestiales, no cometen errores, si te da un chungo te opera el primero que pasa por la calle, etc., etc., etc.
No sé cómo no nos hemos abandonado a los brazos de nuestros colegas arios hace décadas. Si tenemos claro, y este pensamiento por lo visto es transversal, que somos un montón de estiercol configurado a duras penas en Estado, ¿por qué no dejar que nos gobiernen los superhombres protestantes?
No estoy siendo sarcástico, es que esta es la sensación que saco cuando escucho hablar a la peña y me citan el enésimo ensayo liberal que se pajea con los países nórdicos xd.
Mi opinión es que sí estamos enfermos, pero no por ser una basura como es la tesis mayoritaria ladra? aunque no lo digan de manera tan clara. Nuestra enfermedad es la endofobia y la idealización extremada de sociedades políticas exteriores, que habría que ver si son tan buenas.
PD: Menos mal que yo soy medio belga.