El mal querer es una obra de arte a la que los intelectualoides tiran mucha mierda porque necesitan sentirse superiores a todo lo que huele un poquito a mainstream.
Por desgracia todo lo demás que ha hecho es puta mierda.
El mal querer es una obra de arte a la que los intelectualoides tiran mucha mierda porque necesitan sentirse superiores a todo lo que huele un poquito a mainstream.
Por desgracia todo lo demás que ha hecho es puta mierda.
Me pasaría el puto día viendo a Mariano Rajoy hacer cosas con músicas de este estilo de fondo. El cabron es hipnótico.
No me gusta nada Rosalía pero se me ha pegado esta puta shit y me quiero die
Y se quejan los chavales hoy porque no hay curro, que trabajo precario y no se que polladas mas, si te puedes forrar tirándote pedos delante de una cámara por favor.
#52 Joder yo tenía una imagen de ella un poco distorsionada por el vídeo aquel de cuando era chica en un programa de la tele, me corrijo si sabe cantar, pero entonces porque el puto autotuneee!! .
Eso sí la letra me seguirá pareciendo una mierda soberana.
#65 Eso es como Picasso que sabía pintar de puta madre y acabo haciendo cubos sobre cubos porque se sentia mas realizado dibujando eso (si no mentía, claro). Yo imagino que cuando sabes hacer algo de puta madre te da por reinventarte de alguna forma. O no.
la primera vez que vi el avance dije: - la hemos perdido - es malisima - etc...
despues de que pasen unos dias y comerme la cancion pocas veces y el video de M.R. me he encontrado cantandola y partiendome. 10/10 Obra de arte.
Escrito estaba, sí: se rompe en vano, Una vez y otra la fatal cadena,, Y mi vigor por recobrar me afano., Escrito estaba: el cielo me condena, A tornar siempre al cautiverio rudo,, Y yo obediente acudo,, Restaurando eslabones, Que cada vez más rígidos me oprimen;, Pues del yugo fatal no me redimen, De mi altivez postreras convulsiones., , ¡Heme aquí! ¡Tuya soy! ¡Dispón, destino,, De tu víctima dócil! Yo me entrego, Cual hoja seca al raudo torbellino, Que la arrebata ciego., ¡Tuya soy! ¡Heme aquí! ¡Todo lo puedes!, Tu capricho es mi ley: sacia tu saña..., Pero sabe, ¡oh cruel!, que no me engaña, La sonrisa falaz que hoy me concedes. . .