Os voy a contar una historieta de hace dos años que tengo que sumar mensajes para que me dejen entrar en FEDA y esto ya ha preescrito y ya no me la puede liar nadie.
Corría el año 2017 y yo estaba teniendo muchas crisis existenciales superpuestas que pasaba como buenamente podía haciéndome valer de algunas distracciones; entre ellas el zorreo tinderil.
Sé que estaba supurando hormonas cual flor abriéndose en primavera porque tenía puesto que buscaba chicos y chicas. Siempre me he considerado bisexual, pero mis experiencias con mujeres han sido casuales. No sé ligar con mujeres, se me hace muy complicado, es una dinámica diferente a la que no estoy acostumbrada pero no iba a ser por no intentarlo.
Hice match con una chica alemana. Rubia, preciosísima, con una sonrisa de cuento, blanquita como el mármol. En la bio ponía que tenía novio pero me dijo que si yo estaba dispuesta ella quería quedar conmigo. Que alguna vez hacían tríos porque tenían la relación bastante abierta pero que últimamente le apetecía rollobollo con más intimidad.
Paralelamente hice match con un chico. Me atraía físicamente lo justo: tenía barbita y en las poses de las fotos se le intuía tranquilo y sereno. Creo que vi algo en las fotos o en la bio que me hizo inclinarme a hablar con él pero hoy por hoy no recuerdo qué fue. Sí que recuerdo que no me volvía loca especialmente en cuanto a atracción pero aun así me animé a hablar con él. Tenía una conversación muy fluida y dinámica, hacía preguntas y el tío hacía muy fácil que fuera un diálogo cómodo; me trataba con la distancia justa a la que tratas a un match de Tinder pero demostraba el suficiente interés.
Tras varios días me dice que tiene novia y que si me importa, que tienen una relación abierta ta ta ta... El mismo jaleo que con la otra. Yo le digo que no, que no pasa nada, que de momento lo que busco es pasármelo bien esporádicamente y que cero preocupaciones.
Sí, sí. Lo que estáis pensando. El novio de la alemana era él. Me dijo a las horas que “te vas a reír pero mi novia me ha dicho que va a quedar con una chica y cuando me ha dicho como se llama...” y yo rollo “hostia, ¿entonces quién se queda mi custodia ahora?” y me dijo “pues tendremos que compartirla, ¿no?”
Vivían solos así que me invitaron a su piso. Yo había hecho tríos pero no con ninguna pareja y estaba bastante nerviosa. Me pusieron música de fondo y me sirvieron una copa de vino y se sentaron en el sofá entrelazados a hablar conmigo.
No solo eran más guapos en persona, es que había algo de morbo en el hecho de estar ligando con dos personas a la vez. Realmente era más un sentimiento de que yo era el juguete suyo aquella noche y que eran ellos los que me estaban seduciendo a mí. Además estaban en su territorio y yo cada vez estaba más contentilla, así que ellos tenían la batuta y ellos iban dirigiendo todo. Se notaba en el tono que tenían los dos al dirigirse a mí, con ligera autoridad y “profesionalidad”.
Me contaron que llevaban 3 o 4 años (ahora ya no me acuerdo) y que iban abriendo y cerrando la relación dependiendo de las necesidades de la misma. Que se centraban mucho en tener una comunicación lo más fluida posible entre ellos para saber entender cuándo había que hacer cada cosa. Que son muy zorrones los dos y que teniendo esa libertad de vez en cuando vivían experiencias que en ocasiones incluso les unía más. Típico discurso de gente que tiene relaciones no normativas y que siente que tiene que excusarse. Yo personalmente hay pocas cosas que no respete y son las que atentan contra la dignidad, la vida o la libertad de los demás. Este no es el caso. Miro, oigo, callo y respeto. El día en que se me ponga delante la opción ya haré mi gimnasia mental. Hasta entonces es inútil.
Llegó el mítico silencio tenso y abrió él la veda: “bueno, entonces... ¿te animas?”
Yo, medio borracha ya y sintiéndome una niña pequeña: “jeje sí pero es que hace mucho que no hago un trío” (¿por qué dije eso xdd?)
Ella se deslizó en el sofá y se me puso al lado, me dijo con una voz súper sensual (y autoritaria): “pues te lo recordamos” y me dio un morreo eterno mientras me subía la mano por el muslo. Luego se incorporó él de rodillas desde atrás tocándonos a las dos y turnándose los besos. Luego fuimos a la cama y follamos jeje.
A ver, no quiero cortar aquí porque supongo que querréis detalles pero la verdad es que no recuerdo muchas cosas. Sí que os puedo contar que en la cama las relaciones de poder desaparecieron y era todo más equitativo. Los tríos que he hecho me han parecido todos más “recreativos” que “íntimos”. Me da la sensación de que es más el juego del follar que lo bonito de tener cierta implicación emocional y cierta sensualidad que, en mi caso, solo se me ha dado en polvos donde éramos dos.
Me acuerdo de dos posturas: ella tumbada, yo comiéndole el coño a cuatro patas y su novio metiéndomela. Y otra en la que yo estaba tumbada y él me estaba follando en misionero y ella estaba sentada en mi cara y yo estaba comiéndoselo y metiéndole los dedos. De esta me acuerdo porque se corrió en mi cara jej.
Y bueno ya está. Ahora poneos a debatir sobre la monogamia y a ver si dejáis en paz a Red que bastante aguanta. Adeu.
Por cierto soy Naoko. Ya me pondré avatar algún día. Hola.