Bueno va.
La primera vez que me bajé Tinder fue en 2015 cuando vivía en Irlanda, al poco de haberlo dejado con mi ex y tras escuchar a varios españoles que vivían en Cork hablar del tema. Nunca había tenido badoo ni ninguna red social para follar, pero como me picaba la curiosidad, y la polla, decidí darle una oportunidad.
Tuve un par de citas con una chiquilla que tampoco es que me entusiasmase demasiado, pero que pensaba usar para salir de una mala racha e intentar coger inercia y soltura tras salir de una relación de 2 años y medio. Al preguntarle si quería venir a casa al final de la cita siempre me daba excusas y decidí pasar de ella y dejar de perder el tiempo, en parte, porque se intuía que ella iba buscando algo serio.
Al mes o así, me escribe un día, para ver que planes tenía y le propongo venir a casa directamente a "ver una peli". Ella accede, y a los 10 minutos de película ya estamos liándonos en el sofá del salón, vamos a mi cuarto, y cuando hago el amago de quitarle los pantalones me dice que no podía, que estaba con la regla, me hace una mamada y acaba marchándose a su casa esa noche.
Al día siguiente me vuelve a escribir super entusiasmada que ya no tiene la regla y que podemos vernos. - De perdidos al río - pensé. Tampoco tenía que moverme de casa y el día de antes se había quedado en sujetador y se le veían 2 buenas peras con las que me podía entretener un rato. Viene a casa, nos metemos en la cama, hacemos de todo en cuanto a preliminares y cuando echo mano a la mesita de noche para buscar los condones me dice:
- No vayas tan rápido, quiero saber qué somos.
En ese momento le vuelvo a decir que no estoy buscando nada, que acabo de salir de una relación y lo que quiero es follar sin calentarme la neurona y la tía, después de haberse tragado mi lefa me dice que ella no folla si no hay, al menos, exclusividad.
La acompañé a la puerta amablemente y seguí usando su cuenta de Netflix hasta que se dio cuenta y cambió la contraseña. Así que ahí lo tenéis, no solo las españolas están mal de la cabeza.