A finales de Mayo terminé una relación de 3 años y medio que inició por Tinder. Dos semanas después me arrepentí e intente retomar la relación, pero ella decidió que no quería seguir conmigo.
He de decir que la terminé porque no me sentía cómodo ni feliz desde varios meses atrás. A nivel personal estaba pasando por un momento muy malo debido a que mi estado físico me hacía sentir poco atractivo, y las continuas peleas que veníamos teniendo debido a sus celos, aunque también acepto que no hice mucho por darle la seguridad que necesitaba. Además de ello, yo había estado en una posición bastante narcisista en la que casi nunca aceptaba mis errores y agravaba las peleas por simplemente no poder aceptar que pude haber manejado de mejor forma los conflictos. Dos mese antes de la ruptura renuncié a mi trabajo y esperaba poder colocarme en otro rápidamente, pero pasaron los meses y no conseguía un buen puesto, lo cual también aumentó mi depresión.
Tras la ruptura, volví a hacer ejercicio y a comer mejor, cosa que no podía permitirme estando junto a ella por la rutina a la que estábamos acostumbrados. Además retomé algunas actividades que me gustaban como ir a presentaciones de arte, clubes de cine o conciertos, volví a ver a mis amigos, pues al empezar la relación justo antes de pandemia, había terminado por aislarme de casi todos mis conocidos.
El 1ero de agostó empecé por fin en un nuevo trabajo, un buen puesto que se alineaba con mi perfil y experiencia profesional. Estaba muy animado. pero ese mismo fin de semana volví a contactarla.. la noté totalmente desinteresada. Vamos, uno nota el tono de voz y las ganas por cortar la llamada cuanto antes. Eso me deprimió aún más.
Pasé casi un mes entero teniendo crisis de ansiedad constantes. Me despertaba y me acostaba pensando en ella. Cada pocos minutos asociaba todo lo que me sucedía durante el día con ella, imaginaba conversaciones en las que le contaba como me iba durante el día y ella a mi, y lo peor es que era involuntario. Me pasaba gran parte del día repitiéndome que debía dejar de pensar en ella y seguir adelante. En este periodo me vino bien una técnica que me enseñó una psicóloga a la que iba hace años. Me repetía primero mi nombre, luego el lugar en el que estaba y lo que estuviera haciendo o debiera hacer. Luego me decía a mi mismo que era una etapa y que todo iba a pasar. Respiraba, y volvía a lo mío... hasta que 5 minutos después estaba en el mismo estado. Llegué a tener que irme al baño a llorar y a bajarme del transporte publico a mitad de camino porque el agobio era insuperable.
Finalmente, el lunes anterior, a casi un mes de la última llamada, decidí ir a su casa y pedirle que hablemos. Me disculpé por las cosas que podría haber hecho mejor, acepté con mucha vergüenza mis problemas personales, le dije todo aquello que durante años sabía que estaba mal pero me negaba a aceptar, y finalmente ella también se disculpo por su celos y otros errores constantes en la relación. No volvimos, pero sentí que me había liberado de toda la culpa que cargaba encima. La mayoría del tiempo que pensaba en ella, en realidad pensaba en como podía haber hecho para que la relación fuera mejor. Tal vez no era tanto extrañar la relación, sino que me había llenado de culpa por el "fracaso" que tuvimos estando juntos, no lo sé, pero desde el momento en el que nos despedimos con ese abrazo y nos animamos a seguir adelante por nuestras cuentas, no volví a pasar por lo que estaba pasando todo ese tiempo.
Volví a usar Tinder con la intención de encontrar a alguien que comparta mis gustos y me acompañe a los conciertos o exposiciones que me interesaban, pero tras breves conversaciones con los pocos match que había hecho, todas me ignoraban. Volví a venirme abajo por el miedo a haberme vuelto aburrido o ya no ser atractivo... hasta que el martes de esta semana, después de meses sin fumar, se me ocurrió subir a mi techo a meterme un par de puchos... y la vi. Habían 5 personas en el balcón del piso inferior de la casa vecina, y 4 de ellos me daban las espalda menos ella. Nos miramos a los ojos un instante y me alejé de su campo de visión para no dar mal aspecto, pero al cabo de unos minutos noté que ya solo quedaba ella, y que se había movido hasta un punto en el que volvíamos a tener visión uno del otro. Levantó la mano, me preguntó cómo me llamaba y qué hacía ahí. Instantáneamente asumí que me iba a pedir un cigarro y maldije para mi mismo porque solo había comprado 2, pero no lo hizo. Hablamos por uno 10 minutos aprox, me contó que trabajaba en el centro comercial que esta al lado y que sus amigos y ella estaban en el dpto de un compañero bebiendo. Me invitó a ir para hablar mejor, pero la rechacé con la excusa de tener que trabajar temprano al día sgte (Estaba en mitad de una campaña fuerte para nuestro mejor cliente). Cuando uno de sus amigos salió a llamarla, se despidió pidiéndome que guarde su número y le escriba. Hoy saldremos a un concurso de bartenders y seguro nos embriagamos.
No sé que vaya a pasar ni que intenciones tenga ella, pero el hecho de que esta chica tan guapa se haya interesado en mi cuando estaba en un momento tan bajo me ha animado mucho. Ahora pienso centrarme en mi, recuperar la confianza y en terminar de curar la herida que me dejó mi relación anterior. Lo que suceda con ella será adicional a eso. Hoy, con 29 años, por primera vez siento que soy mi prioridad, que tengo todas las herramientas para ser feliz y, en algún futuro, compartir esa felicidad con alguien más.
Comparto mi experiencia a pesar de no estar directamente vinculada con Tinder porque he estado leyendo en secreto este hilo desde que terminé mi rela, y he notado que hay varios en una situación similar. A todos ellos mucho ánimo y recuerden:
Quién eres, dónde estás y qué estas haciendo, por qué lo estás haciendo y qué beneficio te va a traer. Tras eso, respiración y repetir hasta 3 veces.