El auditorio de la biblioteca de Las Vegas está a reventar. Cientos de jóvenes tatuados y chicas con rayas negras kilométricas en los ojos esperan al escritor Chuck Palahniuk en esta noche de invierno de 2004.
El autor de El club de la lucha va a leer en público su nuevo relato: Tripas. Dice Chuck Palahniuk que es tan asqueroso, tan sumamente cerdo, tan jodidamente pestilente, que puede provocar dolor físico y hasta dañar la salud. Lo ha leído en varias ciudades de Inglaterra y ya van más de 40 desmayos. Algunos lo han hecho en su mismo asiento; otros corren al baño y ahí se dejan desfallecer, muertos del asco.
Tripas, por Chuck Palanhiuk
Inhala.
Coge tanto aire como puedas.
Esta historia debería durar aproximadamente lo que puedas aguantar tu respiración, y entonces solo un poco mas. Así que escucha tan rápido como puedas.
Un amigo mío, cuando tenia trece años oyó hablar de “hacerse estacas”.
Es cuando un tío se mete un consolador por el culo. Se estimula la glándula de la próstata lo suficiente, y dicen que puedes tener orgasmos explosivos sin usar las manos. Con aquella edad, este amigo era un pequeño maniaco sexual. Siempre estaba investigando una nueva manera de soltar la carga. Salió a comprar una zanahoria y un poco de aceite de lubricar. Para hacer una pequeña exploración privada. Entonces se imagino lo que iba a parecer en la cola del cajero del supermercado, con la solitaria zanahoria y el aceite de lubricar rodando por la cinta transportadora de la caja registradora hacia el cajero. Todos los compradores esperando en la cola, mirando. Todo el mundo viendo la gran tarde que tenia planeada.
Así que mi amigo compro leche, huevos, azúcar, y una zanahoria. Todos los ingredientes necesarios para un pastel de zanahoria. Y vaselina.
Como si fuera a meterse un pastel de zanahoria por el culo.
En casa apretó la zanahoria con el soporte de una herramienta fijadora. La embadurno con grasa y la recubrió con su culo. Entonces nada. Ningún orgasmo.
Nada pasaba excepto que dolía.
Entonces, este chico, oyó como su mama le gritaba que era la hora de la cena.
Ella dijo que bajara, enseguida.
Se saco la zanahoria y oculto aquella cosa mugrienta y resbalosa con la ropa sucia bajo su cama.
Después de la cena, fue a buscar la zanahoria. Y ya no estaba. Toda la ropa sucia, mientras el cenaba, había sido recogida por la madre para hacer la colada. No había manera de que no hubiera encontrado la zanahoria, cuidadosamente ocultada con un cuchillo de untar de su cocina, aun apestosa y reluciente de jugos.
Este amigo mío estuvo meses esperando cubierto de nubes negras. Esperando a que los suyos se lo echaran en cara. Y nunca ocurrió. Nunca. Incluso ahora que ha crecido, aquella zanahoria invisible cuelga sobre cada cena de navidad, sobre cada fiesta de cumpleaños. En cada huevo de pascua que tiene con sus hijos, los nietos de sus padres, la zanahoria fantasma esta sobre ellos. Demasiado desagradable siquiera para mencionarlo.
Los Franceses tienen una frase: “La solución del escalón”. En francés “esprit de l’escalier”. Hace referencia a ese momento en el que encuentras la respuesta, pero que ya es demasiado tarde. Digamos que estas en una fiesta y alguien te insulta.
Tienes que decir algo, pero bajo presión, con todo el mundo mirándote, dices algo inconsistente. Pero cuando te vas de la fiesta….
Cuando empiezas a bajar los escalones, entonces se produce el momento mágico. Vuelves con la cosa perfecta que deberías haber dicho. El perfecto corte que te deja derrotado.
Esa es la solución del escalón.
El problema es que, incluso los Franceses, no tienen una frase para las estupideces que dices estando bajo presión. Esas cosas estúpidas y desesperadas que sueles pensar o hacer.
Algunas acciones son demasiado vergonzosas hasta para tener un nombre.
Incluso para que se hablen de ellas.
Volviendo atrás, los expertos en psicología infantil, los consejeros escolares dicen actualmente que la mayoría de los últimos casos de suicidios adolescentes eran de chicos que se asfixiaban mientras que se masturbaban. Sus familiares los encontraban, con una toalla enrollada alrededor del cuello del chico atada a la barra del armario de su cuarto. Muertos. Con esperma de muerto por todas partes. Por supuesto los familiares lo limpiaban. Le ponían unos pantalones a su hijo. Hacían que pareciera.. mejor. Por lo menos intencionado. El típico caso de triste suicidio adolescente.
A otro amigo mío, un chico de la escuela, su hermano mayor de la armada le contó como los chicos del oriente medio se masturbaban de manera diferente a como nosotros lo hacíamos aquí. Este hermano estaba destinado en algún país con camellos donde en el supermercado vendían lo que podían considerarse divertidos abrecartas. Cada uno de estos simpáticos instrumentos eran simplemente una fina barra de plata de ley, quizás tan larga como tu mano, con un gran tope en uno de los extremos, como una gran bola de metal del tipo del que hábilmente se acuñan en el mango de una espada. Este hermano de la armada decía como los chicos árabes se empalmaban y entonces insertaban esta barra de metal por el orificio de su nabo. Se pajeaban con la barra dentro y esto hacia que correrse fuera mucho mejor. Mas intenso.
Así tenemos a este hermano mayor que viajaba alrededor del mundo enviando frases Francesas. Frases Rusas. Útiles consejos de masturbación.
A continuación tenemos al hermano pequeño. Un día no apareció por el colegio. Esa noche llamo por teléfono y me pregunto si podía recogerle los deberes durante las dos próximas semanas. Por que el estaba en el hospital.
Tenia que compartir habitación con gente mayor con tratamientos en sus tripas. Contaba como tenían que compartir la misma televisión. Lo único que le daba algo de privacidad era una cortina. Sus familiares no fueron a visitarlo. Por teléfono me contó como de seguro estaba que sus padres podrían fácilmente matar a su hermano mayor de la armada.
Por teléfono me contó como el día antes el estaba en su cuarto un poco colocado. En su casa, en su dormitorio, desplomado en su cama. Estaba encendiendo una vela y flipando con algunas viejas revistas porno preparándose para pajearse.
Todo esto después de haber oído a su hermano de la armada. Los útiles consejos de cómo de hacían las pajas los árabes. El chico busco alrededor algo que pudiera hacer aquel trabajo. La barra de un bolígrafo era demasiado grande. Un lápiz era demasiado grande y basto, pero derretido junto a la vela había un delgado y suave reguero de cera que podría valer. Con el simple contacto de un dedo este chico aparto el largo reguero de cera de la vela. Lo hizo girar entre las palmas de sus manos. Largo, suave y delgado.
Ciego y cachondo, lo introdujo para abajo. Mas y mas profundo dentro del orificio de su nabo. Con un poco de la cera aun fuera empezó a trabajárselo.
Incluso ahora el dice que aquellos chicos árabes son malditamente inteligentes a tope. Habían reinventado completamente el hacerse pajas. De espaldas sobre su cama la cosas se estaban poniendo tan bien que este chico no era capaz de prestar atención a la cera. Tan dedicado a apretarse bien para echar fuera la corrida mientras que la cera no iba a salir fuera nunca mas.
La delgada barra de cera de deslizo adentro. Dentro del todo. Tan adentro que no podía notarla en sus conductos urinarios.
Desde abajo su madre grito que era hora de cenar. Ella dijo que bajara, ahora mismo. El chico de la cera y el chico de la zanahoria son personas diferentes, pero todos nosotros vivimos muy mucho la misma vida.
Fue tras la cena cuando las entrañas del chico empezaron a doler. Es cera, así que el se imagino que simplemente se derretiría dentro de el y que la mearia. Y ahora, ahora le duele la espalda, los riñones, y no puede estar derecho.
Mientras este chico hablaba desde la cama del hospital podías oír de fondo los timbres sonando, la gente gritando, los concursos.
Los rayos X mostraron la verdad. Algo delgado y largo se había doblado dentro de su vejiga. Esta larga V de su interior estaba recolectando todos los minerales de su orina. Se estaba haciendo más grande y basta, recubriéndose con cristales de calcio, ensanchándose alrededor, rellenando el suave conducto de su vejiga, obstruyendo la salida de su orina al exterior. Sus riñones estaban del revés. Lo poco que goteaba de su picha era el rojo de la sangre.
Este chico y los suyos, su familia al completo, todos mirando a la radiografía con los doctores y las enfermeras. La gran V de cera fosforeciendo en blanco para que todo el mundo la pudiera ver. El tuvo que decir la verdad. La manera en la que los árabes se pajeaban. Lo que su hermano mayor de la armada le había escrito en sus cartas.
Por teléfono, en ese momento, empezó a llorar.
Pagaron la operación de vejiga con el fondo para la universidad. Un fallo estúpido, y ahora el ya nunca será un abogado.
Introduciendo cosas dentro de ti. Introduciéndote dentro de cosas. Una vela en tu picha o tu cabeza en un nudo. Sabíamos que iba a haber grandes problemas.
Lo que me creo problemas a mi es lo que llamo “Buceo de perlas”. Esto significa machacártela bajo el agua, sentado en el fondo, en lo mas profundo de la piscina de mis padres. Con una respiración profunda me lanzo al fondo y mi deshago de mi bañador. Permanezco sentado allí dos, tres, cuatro minutos.
Simplemente por pajearme poseo una gran capacidad pulmonar. Si tuviera la casa para mí solo lo haría todas las tardes; después de bombear hasta el final, mi material, mi esperma, se mantiene alrededor en grandes y gordos grumos lechosos.
Después, más buceo. Para cojerlo todo. Recolectar y destripar cada puñado en una toalla. Por eso lo llamo “Buceo de perlas”. Incluso con el cloro siempre he de tener cuidado por culpa de mi hermana. O mi madre. Dios bendito.
Ese solía ser mi peor temor en el mundo: mi adolescente hermana virgen pensando que simplemente estaba engordando, y luego dando a luz a un bebe retardado de dos cabezas. Ambas cabezas como la mía. La cabeza del padre y la del tío.
Al final nunca es lo que tienes cuidado lo que acaba pillándote. La mejor parte del buceo de perlas era el desagüe para el filtro de la piscina y la bomba de circulación del agua. La mejor parte era desnudarse y sentarse encima.
Como dirían los Franceses ¿A quien no le gusta que le chupen el culo?
Tranquilamente, en un momento eres un chico pajeàndose, y un minuto después ya nunca serás un abogado.
En un momento dado estoy sentado en el fondo de la piscina y el cielo es ondulante y celeste tras dos metros y medio de agua sobre mi cabeza. El mundo es mudo excepto por latido de mi corazón en mis oídos. Mi bañador de rayas amarillas esta enrollado en mi cuello como medida de seguridad, por si un amigo, un vecino, o cualquiera aparece preguntando por que no he ido al entrenamiento de fútbol. El sorbido constante del desagüe del filtro me traga y yo desparramo mi canijo culo blanco con esa sensación.
En un momento dado tengo suficiente aire y la picha en la mano. Mi padres están en el trabajo y mi hermana tiene ballet. Se supone que nadie estará en casa durante horas.
Mi mano me lleva derecho a correrme y me paro. Nado hacia arriba para coger otra gran bocanada. Buceo hacia abajo y me asiento en el fondo.
Lo hago una y otra vez.
Debe ser por esto por lo que las chicas quieren sentarse en tu cara. La succión es como estar soltando la carga eternamente. Mi polla esta dura y mi culo siendo comido. No necesito aire. El latido de mi corazón en mis oídos. Permanezco abajo hasta que brillantes estrellas de luz empiezan a pulular alrededor de mis ojos. Abierto de piernas, con la parte de atrás de las rodillas pegadas al fondo de cemento. Los dedos de mis pies se vuelven azules. Los dedos de mis pies y de mis manos se arrugan de estar tanto tiempo en el agua.
Entonces dejo que ocurra. Los grandes grumos blancos empiezan a desperdigarse. Las perlas. Entonces es cuando necesito algo de aire. Pero cuando voy a darme impulso con los pies contra el fondo, no puedo. No puedo poner mis pies debajo de mí. Mi culo esta atrapado.
Los enfermeros de emergencias te dirán que cada año alrededor de 150 personas quedan atrapados de esta manera, sorbidos por una bomba de circulación. Enrédate con el pelo, o con el culo, y te vas a ahogar. Cada año toneladas de gente lo hace. La mayoría en Florida.
La gente simplemente no habla de ello. Ni siquiera los Franceses hablan de todo. Levantando una rodilla, escurriendo un pie debajo mía empiezo a levantarme a medias cuando noto la tracción sobre mi culo. Poniendo el otro pie debajo de mi me doy impulso contra el fondo. Me libero pateando, sin tocar el fondo, pero sin conseguir aire tampoco.
Aun pateando el agua, agitando ambos brazos, debo estar a mitad de camino de la superficie, pero sin subir más alto. El latido de mi corazón de los oídos se hace más fuerte y rápido.
Las brillantes chispas de luz cruzan y recruzan mis ojos. Me vuelvo y miro atrás…. pero no tiene sentido. Una gruesa cuerda, como una serpiente, azul clara, trenzada con venas, ha salido del desagüe de la piscina y esta enganchada a mi culo.
De algunas de las venas brota sangre, sangre roja que parece negra bajo el agua y se desperdiga en pequeños hilos de la piel pálida de la serpiente. La sangre se aleja, desapareciendo en el agua, y dentro la delgada y azul clara serpiente puedes ver trozos de almuerzo medio digeridos.
Esa es la forma en la tiene sentido. algún horrible monstruo marino, una serpiente de mar, algo que nunca ha visto la luz del día, ha estado ocultándose en el oscuro fondo del desagüe de la piscina, esperando para comerme.
Así que lo pateo, pateo la deslizante y nudosa piel como de plástico, y sus venas, y parece como si saliera aun más del desagüe de la piscina. Debe de ser como mi pierna de larga ahora, pero aun se aferra fuerte alrededor del ojo de mi culo. Con otra patada estoy una pulgada más cerca de coger otra bocanada. Aun sintiendo a la serpiente arrastrándome por el culo estoy una pulgada mas cerca de mi evasión.
Dentro de la serpiente, a nudos, se puede ver maíz y cacahuetes. Puedes ver una larga brillante pelota naranja. Es del tipo de las cápsulas para caballo de vitaminas que mi padre me hace tomar para ayudarme a coger peso. Para conseguir una beca de fútbol. Con extra de hierro y ácidos de grasa omega tres.
Parece que esa pastilla de vitaminas es la que me salva la vida.
No es una serpiente. Es mi intestino delgado. Mi colon sacado fuera de mí. Lo que los doctores llaman ¿PROLEPSIA?. Son mis tripas sorbidas por el desagüe.
Los enfermeros te dirán que una piscina bombea 80 galones de agua por minuto. Eso son casi 400 libras de presión. El gran problema es que estamos totalmente conectados por dentro. Tu culo es simplemente el lejano final del tu boca.
Si lo dejo ir la bomba continuará trabajando el deshilacheo de mis entrañas hasta que consiga mi lengua. Imagina cagando una mierda de 400 libras y veras como esto puede volverte del revés.
Lo que puedo deciros es que tus tripas no sienten mucho dolor. No de la forma que tu piel lo hace. Las cosas que tu digieres son conocidas como materia fecal por los doctores. Antes de eso son pegotes de una masa suelta de revoltijos con maíz, cacahuetes y guisantes redondos verdes.
Ahí estaba toda esa sopa de sangre y maíz, mierda, esperma y cacahuetes flotando alrededor mía. Incluso con mis entrañas deshilachándose fuera de mi culo, agarrándome a lo que aun les quedaba, incluso entonces mi mayor deseo era que
alguien me pusiera de nuevo mi bañador.
Que Dios no permita a mis padres ver mi polla.
Una mano apretando el puño alrededor de mi culo. La otra mano desenganchando mi bañador de rayas amarillas intentando sacármelo de alrededor de mi cuello. Imposible ponérselos.
Si quieres sentir tus intestinos compra un paquete de esos condones de piel de carnero. Coge uno y desenróllalo. Rellénalo con mantequilla de cacahuetes. Recúbrelo con aceite de lubricante y sumérgelo bajo agua. Entonces intenta rasgarlo. Trata de partirlo en dos. Es demasiado resistente, y como de goma. Es tan escurridizo que no puedes sujetarlo.
Un condón de piel de carnero. Justamente como los intestinos.
Así puedes imaginar a lo que estoy enganchado.
Lo dejas ir un segundo y estas destripado.
Nadas hacia la superficie, a por una bocanada, y estas destripado.
No nadas y te ahogas.
Es una opción entre estar muerto ahora mismo, o dentro de un minuto a partir de ahora.
Lo que mis padres encontraran después del trabajo será un gran feto desnudo, vuelto sobre si mismo, flotando en las turbias aguas de su piscina trasera. Conectado al fondo por una gruesa cuerda de venas y tripas retorcidas. Lo contrario de un chico ahorcándose hasta morir mientras se hace una paja. Este es el bebe que trajeron del hospital hace trece años. Aquí esta el chico que ellos esperaban lograra conseguir una beca escolar y un titulo universitario. ¿Quién cuidara de ellos en su vejez? Aquí están todas sus ilusiones y sus sueños. Aquí flotan, desnudas y muertas. Y alrededor suya, grandes perlas lechosas de esperma desperdiciado.
O eso, o mis padres me encontraran enrollado en una toalla sangrienta, dando espasmos a medio camino entre la piscina y el teléfono de la cocina, con las entrañas, retorcijos de restos de mis tripas, aun colgando de la pernera de mis bañadores de rayas amarillas.
De lo que ni siquiera los Franceses hablaran.
Aquel hermano mayor de la armada nos enseño otra buena frase. Una frase Rusa. La manera en la que nosotros decimos “Necesito eso como necesito tener un agujero en la cabeza….” los Rusos dicen “Necesito eso como necesito tener dientes en el ojo del culo….”
Mne eto nado kak zuby v zadnitse.
Hay historias de animales atrapados en un cepo que se arrancan la pata. Bien, cualquier coyote te diría que un par de mordiscos, y al diablo con estar muerto.
Demonios. Incluso si eres ruso, algún día puedes querer tener esos dientes.
De otro modo, lo que tendrías que hacer es girar en redondo. Enganchar un codo bajo tu rodilla y levantar esa pierna hasta tu cara. Morder y desgarrar tu propio culo. Te estas quedando sin aire y mascarías cualquier cosa para conseguir la siguiente bocanada.
No es una cosa que quisieras decirle a una chica en la primera cita. No si esperas un beso de buenas noches.
Si os dijera como sabe, nunca jamás, nunca más volveríais a comer calamares.
Es difícil decir con estaban mis padres mas disgustados: como me metí en problemas o como me salve. Después del hospital mi madre dijo: “No sabias lo que hacías cariño, estabas en estado de shock.”, y aprendió a cocinar huevos escalfados.
Todas esas personas completamente llenas de sentimiento por mí…
Lo necesito como necesito unos dientes en el ojo de mi culo.
Hoy en día la gente siempre me dice que parezco muy delgado. En las cenas la gente se queda callada y molesta cuando no me como las marmitas de carne de vaca.
La marmita de carne de vaca me mataría. La carne asada. Cualquier cosa que permanezca por mis tripas mas de un par de horas, sale fuera siendo aun comida.
Guisantes caseros o atún ligeramente preparado. Me levantare y comprobare que siguen estando allí dentro en el inodoro.
Después de tener una rediseccion radical de intestinos no digieres la carne tan bien. La mayoría de la gente tenéis metro y medio de intestino delgado. Yo tengo suerte de tener mis 18 centímetros. Consiguientemente nunca gane una beca de fútbol. Nunca un titulo universitario. Mis dos amigos, el chico de la cera, y el chico de la zanahoria, ambos crecieron y se hicieron grandes, pero yo nunca he engordado un kilo más que cuando tenia trece años.
Otro gran problema fue que mis padres habían pagado un buen dinero por aquella piscina. Al final mi padre le dijo al encargado de la piscina que fue un perro. El perro de la familia cayo dentro y se ahogo. El cuerpo sin vida quedo enganchado en el desagüe. Hasta cuando el encargado de la piscina extrajo el filtro de la bomba, con un largo tubo como de plástico con una gran cápsula naranja de vitaminas dentro, incluso entonces mi padre dijo que “Ese perro estaba como un puta cabra”.
Incluso desde mi dormitorio del piso de arriba se podía oír a mi padre decir que “No podíamos dejar a ese perro solo ni un segundo….”.
Entonces a mi hermana no le vino el periodo.
Incluso después de cambiar el agua de la piscina, después de vender la casa, de mudarnos a otro estado, del aborto de mi hermana, incluso entonces mis padres nunca lo volvieron a mencionar.
Nunca.
Esa es nuestra zanahoria invisible.
Tú. Ahora tú puedes coger una buena bocanada.
Yo aun no puedo.