Trudeau es acusado de interferencia política en un juicio por corrupción
Un escándalo se ha desatado en Canadá luego de que el primer ministro de este país, fue señalado por una de sus excolaboradoras de ejercer presiones para supuestamente beneficiar a la empresa SNC-Lavalin
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se defendió de las explosivas declaraciones realizadas por la exministra de Justicia Judy Wilson-Rayboud, en las que le acusó de presiones para que interfiriese políticamente en un caso judicial.
Trudeau aseguró que en ningún momento presionó a Wilson-Raybould para ofrecer a la mayor constructora del país, SNC-Lavalin, un trato de favor que evitaría su enjuiciamiento criminal por supuestos sobornos a altos funcionarios del régimen del fallecido líder libio Muamar el Gadafi (1969-2011). "Los miembros de mi personal y yo hemos actuado siempre de forma apropiada y profesional. Estoy totalmente en desacuerdo con la caracterización que la exministra de Justicia y fiscal general ofreció en su testimonio", afirmó Trudeau.
El primer ministro añadió que la razón por la que estaba interesado en ofrecer a SNC-Lavalin un acuerdo de enjuiciamiento diferido, que evitaría su procesamiento por corrupción, era para proteger empleos en el país. "Siempre hemos defendido y protegido empleos en Canadá. Pero siempre lo haremos respetando las normas", añadió Trudeau.
Presiones del gobierno
La defensa del primer ministro se produce menos de 24 horas después de que Wilson-Raybould sacudió el mundo político canadiense, con una explosiva declaración ante el Comité de Justicia de la Cámara Baja del Parlamento en la que acusó de presiones por parte de Trudeau, a varios de sus principales asesores y a otros ministros.
"Durante cuatro meses, de septiembre a diciembre (de 2018), experimenté un esfuerzo consistente y sostenido por parte de muchas personas del Gobierno para conseguir que interfiriese políticamente en el ejercicio de la discreción de la fiscalía en mi papel como fiscal general de Canadá en un esfuerzo inapropiado para asegurar un acuerdo de enjuiciamiento diferido para SNC-Lavalin", dijo Wilson-Raybould.
Las reiteradas negativas de Trudeau desde que se inició el escándalo el pasado 7 de febrero no han tenido ningún efecto para desactivar la crisis de Gobierno, que de momento se ha saldado con la dimisión de Wilson-Raybould y del principal asesor del primer ministro, Gerald Butts.
Butts ha sido identificado como una de las personas del equipo de Trudeau que dirigieron la presión contra Wilson-Raybould. La principal formación política de la oposición, el Partido Conservador (PC), reiteró su solicitud de dimisión de Trudeau y su exigencia de que la Policía canadiense investigue las acusaciones de Wilson-Raybould.
Debates sobre el caso
Por su parte, el presidente de la Cámara Baja del Parlamento canadiense aceptó la petición de los partidos de la oposición para la celebración de un debate de emergencia sobre el escándalo. Mientras, Butts, que dejó su puesto de mano derecha de Trudeau el pasado 18 de febrero para "poder defenderse" de las acusaciones de interferencia política, solicitó testificar ante el Comité de Justicia del Parlamento "tras ver el testimonio" de la exministra.
Butts dijo en una carta enviada al presidente de la comisión y publicada en su cuenta de Twitter: "Creo que mis pruebas serán de ayuda a la Comisión de Justicia y Derechos Humanos en su consideración de estos asuntos", indicó.
Caso de corrupción
El escándalo y crisis de Gobierno se producen meses antes de que se celebren en Canadá elecciones generales, previstas para octubre de este año. Precisamente, Wilson-Raybould declaró que Trudeau mencionó los futuros comicios y el hecho de que él es diputado por la provincia de Quebec, donde SNC-Lavalin tiene su sede, como una de las razones para ofrecer un trato preferente a la constructora.
El escándalo se inició a finales de febrero cuando un periódico reveló que Wilson-Raybould había recibido presiones para ofrecer a SNC-Lavalin un llamado acuerdo de enjuiciamiento diferido que evitaría a la constructora su procesamiento en un caso de corrupción. Sin el acuerdo, y en caso de ser condenada por corrupción, SNC-Lavalin tendría prohibido participar durante 10 años en contratos de obras públicas en Canadá, lo que supondría un considerable daño financiero para la empresa. A SNC-Lavalin ya se le ha vetado participar en contratos del Banco Mundial por otro caso de corrupción en Bangladesh.
Parece que Trudeau ha metido el rabo bien adentro, dando trato de favor a sus amigos de Quebec de SNC-Lavalin al ejercer presiones contra la exministra de justicia para evitar un procesamiento de esta empresa, y esta ha decidido soltarlo todo, y el tío se está emperrando en continuar en el cargo.
Si algo me fascina de la nueva política surgida o alimentada desde la marca Obama, es que los políticos de nuevo cuño lo único que venden es imagen y no hechos, cuestión que se podría enmarcar en la orfandad ideológica actual o incluso, intelectual y filósofica y es que, al final, aunque la mona se vista de seda, mona se queda.