Una nueva trampa

En mi humilde opinión una respuesta contundente sería un error tremendo, el independentismo ha quedado muy retratado después del 1-O, sin apoyos internacionales, sin nadie que escuche el llamamiento a la mediación, con toda Europa exigiendo la vuelta al marco constitucional, con las empresas saliendo en desbandada, etc, etc, etc.

Por eso el independentismo ha buscado hoy volver a la senda de buenrollismo (jiji, jaja, me abro al diálogo, mira que democrático soy) para provocar otra respuesta desmedida del Gobierno y poder volver a ondear la bandera del victimismo.

Creo que el mensaje de Rajoy debe de ser muy claro: "Señor Puchimon, debe usted volver a la senda de la legalidad, derogue toda esta pantomima y una vez se haya restaurado el orden constitucional nos sentamos a hablar"

En cuyo caso el independentismo tiene dos opciones:

a) Despellejarse a sí mismos, unos a otros y terminar convocando elecciones

b) Lanzando un órdago a la grande con una DUI de verdad. Y aquí es donde el Gobierno entra con toda la fuerza del Estado de Derecho, dejando la Generalitat y el Parlament como si hubiera pasado el caballo del mismísimo Atila, Rey de los Hunos.