#1382 No sé si eres troll, teniendo en cuenta la trayectoria de dónde vienes, pero voy a entrarte al trapo.
Si la cafetería de Paco no puede sostenerse porque el salario de sus tres trabajadores le hace caer en pérdidas, de 3 trabajadores que cobraban 900€ podemos pasar a 4 parados. (suponiendo que la indemnización por despido de uno de ellos le hace inviable continuar con el negocio).
Y mientras Paco, que dudo mucho que haya pagado la cuota de paro teniendo en cuenta que no tenía para mantener su negocio, se pregunta que puede hacer con su vida, deja de cotizar, así como sus tres trabajadores.
Tres trabajadores, que por cierto, ya tampoco cotizan y pasan a cobrar del paro.
Y si además son mayores, de 45 o 50 años, muy probablemente no consigan reincorporarse al mundo laboral y pasen a ser parados de larga duración, viviendo de un estado que a día de hora tiene un paro en torno al 14%.
No pasa nada, pese a todo, porque claro, unos van y otros vuelven ¿no?
Es decir, alguien le comprará el local a Paco o se lo alquilará a su dueño, y abrirá un nuevo local. Salvo que estamos a las puertas de una crisis, y muy poca gente, por no decir casi nadie, se va a atrever a abrir un nuevo local donde otro ya ha fracasado.
Y más con elmpalo que se le da a los autónomos día tras día en el país.
Y bueno, no voy a entrar en que Cofesa, la que reparte el café, acaba de perder un cliente interesante (o varios), y que quizás eso le implique hacer recortes de personal.
El día en el que descubras que por cada Amancio hay 1000 pacos, y que eso implicaría 4000 parados más, pues quizás dejas de pensar tan a la ligera lo que implica que a las puertas de una crisis un negocio cierre.
Una subida así en un momento tan complicado económicamente solo deberían pagarlo las empresas que tienen demostrados grandes beneficios.
PD: Y con esto no quiero decir que el dejar que la cosa siga su rumbo sea lo mejor, o que el liberalismo evitaría esto (porque no lo creo así).
El estado debía meter mano a los sueldos y a la vivienda, pero no así.
Lo que quiero implicar es que una subida del SMI en una situación económica como la actual es una temeridad que vamos a pagar todos para una brevísima alegría de quizás unos muchos y el contento moral de unos pocos.