los símbolos nacionales como arma debido a la idea profundamente excluyente que tienen de España.
No es así, la derecha en relación a la idea de España está dividida. El nacionalcatolicismo ha sido profundamente regionalista, algo que se ve desde el mismo Menendez Pelayo pasando por los tradicionalismos. El centralismo deriva en el franquismo del pretorianismo militar y del falangismo, que a su vez sabía bien que España era diversa en palabras del propio Primo de Rivera. El falangismo partiendo de su ideario metafísico y recogiendo a Ortega, entendía que la nación es una agregación de pueblos por un núcleo, en este caso Castilla, que se proyectaban hacia el exterior a través de una empresa imperial, que era lo que los mantenía unidos. Es decir, plenamente voluntarista; por eso Dionisio Ridruejo al ver a la División Azul en la URSS veía a España caminando por la nieve.
como he leído a alguien decir ingenuamente, que todos se identificasen con los símbolos, como pasa en Francia. Pero el ejemplo es horrible porque el origen constitutivo del Estado español parte de un conflicto no resuelto, y eso se traduce en una pugna por los símbolos, al contrario de lo que ocurrió en Francia: allí hubo guillotina y República.
Aquí cometes otros dos errores. El primero pensar que el jacobinismo francés construido en la Tercera República consiguió el objetivo y que en Francia hay una identificación política total. La dimensión cultural es un hecho, pues la película esa de que en Francia no existe nacionalismo sino que es un teoría política, no es cierta. La realidad es que la nación se construyó desde lo francés y que las identidades regionales existen, como es el caso de Córcega. Esto es algo que explica Anne Marie Thiesse en su estudio, que por desgracia solo está en francés y catalán. Es más, la región en la Francia de la Tercera Repúblcia, que es el período más centralista, estaba integrada en los libros escolares: la idea clave del modelo francés es que entre región y nación no hay oposición, la región es el corazón de la nación, no se contraponen. Y esto es propio del nacionalcatolicismo, por ejemplo, pese a que estos sean nacionalistas religiosos y sobre esa idea entienden que la nación se remonta a Recaredo.
Lo segundo, la idea de las dos Españas es un mito. Aquí hubo una revolución liberal, donde la nación fuese aceptada progresivamente por todos, sobre todo por la izquierda, pese a los diferentes enfoques constitutivos que le daban. Además, es algo que ocurre en toda Europa, no solo propio de España. Sin ir más lejos, en Francia tienes el ejemplo de Charles Maurras y Acción Francesa en la década de los 20/30, cuya visión es plenamente nacionalcatólica.
Ahora bien, el modelo jacobino no es perfecto y tiene una dimensión culturalista, vale, pero esto no implica que no deba ser un ideal a conseguir. ¿Por qué? Porque mientras el nacionalista étnico progresa en función de conseguir la nación étnica, el nacionalista político la usa en función de crear puentes entre los diferentes territorios. Las aspiraciones últimas de ambos son distintas, siendo el de los etnicista excluyente y la de los políticos unitaria.