Que Estados Unidos y otros gobiernos imperialistas por todo el mundo hayan tomado medidas extraordinarias contra WikiLeaks y su fundador, Julian Assange, indica que las revelaciones de los cables enviados por Estados Unidos tienen un profundo significado político.
La última década está repleta de experiencias políticas importantísimas que han dejado una profunda marca en la consciencia de los pueblos. Todo empezó con el robo de las elecciones estadounidenses en el 2000. Éste fue seguido por los eventos del 11 de septiembre (que todavía nadie ha explicado), la invasión de Afganistán y, en 2003, la guerra contra Irak, cuyas razones se basaron en una mentira: que el régimen iraquí poseía "armas de destrucción masiva".
Las revelaciones de WikiLeaks han estremecido al mundo porque revelan la verdadera naturaleza de la llamada "diplomacia".
Nos recuerda el escándalo de otra época, cuando Trotsky, como Comisario de Relaciones Exteriores del gobierno soviético durante la Revolución Rusa en noviembre de 1917, reveló varios secretos diplomáticos.
En una declaración emitida junto con la revelación de expedientes provenientes de los archivos del gobierno zarista, Trotsky escribió lo siguiente: "La diplomacia secreta es un instrumento necesario para la minoría propietaria que se ve obligada a engañar a la mayoría para someterla a sus intereses. El imperialismo, con sus siniestros planes de conquista y sus alianzas y convenios con otros ladrones, desarrolló el sistema de la diplomacia secreta a un nivel superior. La lucha contra el imperialismo, la cual agota y destruye a los pueblos de Europa, es, a la misma vez, una lucha contra la diplomacia capitalista, la cual tiene suficiente razón para temerle a la luz del día. El pueblo ruso y los pueblos de Europa y todo el mundo deberían aprender acerca de las verdades documentadas que los industrialistas y financieros, en alianza con sus agentes parlamentarios y diplomáticos, traman en secreto. Los pueblos europeos han pagado por el derecho a saber esta verdad con incontables sacrificios y una desolación económica universal".
Estas palabras fueron escritas hace más de 90 años, pero no dejan de estremecernos aún hoy día porque, como los documentos que WikiLeaks han revelado, todavía siguen las mismas intrigas imperialistas en contra de los pueblos del mundo. Los documentos del régimen zarista fueron revelados en medio de la Primera Guerra Mundial, y revelaron su verdadera índole. Hoy día, la revelación de los documentos toma lugar a medida que entramos en la segunda década de la interminable "guerra contra el terrorismo" y los ámbitos militares y políticos del imperialismo.
En uno de sus primeros comentarios acerca de las revelaciones de WikiLeaks, el Ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Kevin Rudd, habló en nombre de todos los imperialistas al insistir que la diplomacia secreta es una necesidad. Vale la pena citar todo lo que dijo:
"(...) cuando todo esto sale al dominio público [Los secretos de la diplomacia], se convierte en un problema para que todos nosotros combinemos nuestros esfuerzos para derribar varios de nuestras dificultades más fundamentales. Por consiguiente, nosotros en Australia condenamos la revelación de este material. No le ayuda a nadie. La verdad es que un verdadero problema para todos nosotros".
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Pero virémonos ahora hacia los temas más generales que WikiLeaks ha planteado con sus revelaciones y como la gente por todo el mundo los lee y sigue con gran interés. Una joven hizo notar lo siguiente durante una manifestación en Sydney en apoyo de Assange:"George Orwell dijo que 'Durante tiempos de engaño universal, el que dice la verdad comete un acto revolucionario'. Y nosotros sí que vivimos en tiempos de engaño universal".
Tiene razón. Pero este engaño universal no es simplemente el producto de individuos. Es consecuencia de un sistema social.
En la política, como dijera Trotsky, el engaño es función de la estructura clasista de la sociedad: "Los opresores integran la mentira a un sistema diseñado para confundir y desconcertar a las masas y así mantener su dominio?La revolución revienta la mentira social. La Revolución habla la verdad. La Revolución comienza con darle su verdadero nombre a las cosas y a las relaciones sociales".
En cambio, nosotros podemos decir que los deseos por saber la verdad, las exigencias para averiguarla y la profunda apreciación por obtenerla significa que comenzado un nuevo período de revolución social.
No es solamente en la esfera de la diplomacia y de las relaciones entre las potencias imperialistas que el engaño juega una función sociopolítica fundamental. Las mentiras y las mistificaciones son partes íntegras de la estructura de la economía y la sociedad capitalistas. La totalidad del análisis de Marx, sobre todo en El Capital, se consagra a revelar las verdaderas relaciones sociales subterráneas que las "realidades" cotidianas y las apariencias esconden bajo el capitalismo.
El propósito más elemental de la perspectiva científica marxista consiste en quitar la máscara detrás de la cual se esconden las relaciones sociales y revelar con precisión la realidad de la sociedad capitalista y como su estructura se basa en la existencia de clases sociales. Es en base de ello que se puede establecer un movimiento revolucionario para derrocarlo.
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La crisis cada vez más profunda del capitalismo mundial, la cual los cables de WikiLeaks nos revelan con increíble perspicacia, ahora crea las condiciones objetivas en que las relaciones sociales, económicas y políticas, durante décadas sepultadas bajo el peso de mistificaciones y mentiras, quedan desnudas ante todos.
Consideremos los últimos treinta años. Durante la década de los 1980, la ex Primer Ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher, presentó la consigna de las minorías reinantes, "No existe alternativa", la cual hasta un acrónimo adquirió: TINA. No había alternativa posible al dominio del "mercado" y a los intereses bancarios y políticos que éste servía. Cada vez que se abogaba por reformas sociales, surgía el grito: "¡No hay dinero!" La creciente desigualdad social, pues, no se debía a la estructura de una economía basada en las clases sociales, sino que era la culpa del individuo y de sus flaquezas humanas.
Pero cuando la crisis económica mundial estalló repentinamente cuando Lehman Brothers se fue en quiebra en septiembre de 2008, el dinero no faltaba para rescatar a los bancos y a otras instituciones financieras. Se ha calculado que la cantidad total monetaria que se les obsequió equivale a aproximadamente un 25% del Producto Interior Bruto (PI mundial. El Banco Federal de Reservas de Estados Unidos (FED) por sí solo le entregó a los bancos y a otras empresas financieras un total de $3 billones, cantidad que nunca fue aprobada legalmente por el Congreso nacional. Como comentara el Financial Times: "Las instituciones de Wall Street, que ahora están de nuevo en pie, sobrevivieron simplemente porque fueron salvados por los impuestos que el pueblo". Goldman Sachs recurrió a la ayuda financiera del FED durante 84 ocasiones, y Morgan Stanley 212.
Hay otra ficción política, la cual tiene que ver con el papel que juega el estado. ¿Cuántos galones de tinta se han gastado para refutar el análisis de Marx en cuanto a que el poder ejecutivo del estado moderno no es nada más que un comité para administrar los asuntos de la burguesía en general? ¿Qué ha revelado los hechos de los acontecimientos históricos?
A medida que la crisis económica se desarrollaba, los gobiernos y los bancos centrales de todos los países actuaron tal como Marx había anticipado: integrando a sus libros de contabilidad los activos tóxicos sin valor de las instituciones bancarias y financieras. Hoy día, debido a las exigencias de los mercados financieros, estos mismos gobiernos organizan la destrucción de lo que todavía queda del sistema de bienestar social con tal de ofrecer los recursos para pagar las deudas contraídas por las actividades frecuentemente ilícitas y casi ilícitas de los bancos.
La filosofía política liberal siempre se ha opuesto al concepto marxista de que, a fin de cuentas, el estado consiste de cuerpos de hombres armados para imponer la dictadura del capital. "¡Eso no es verdad!", insisten los académicos, periodistas y comentaristas. "¡Eso no es más que otra vulgaridad marxista!"
Nos dicen que el estado se basa en el imperio de la ley, que funciona dentro del marco de la democracia parlamentaria. Pero la veracidad del análisis marxista se comprueba todos los días a medida que los ejércitos y la policía se movilizan contra los estudiantes y trabajadores de España, Grecia, Gran Bretaña y otros países por toda Europa que se manifiestan en contra de la austeridad presupuestal que los mercados financieros dictan.
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De la misma manera, la afirmación que la justicia está por encima de los intereses clasistas se refuta todos los días con la persecución de Julian Assange por parte de las autoridades judiciales que actúan bajo la presión del gobierno de Estados Unidos.
Toda persona que crea que las medidas en contra de Assange son motivadas por consideraciones jurídicas sin duda se encontrará esperando a Santa Claus cuando baje por la chimenea?
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Pero ahora se ha presentado un nuevo cambio en la situación: la crisis palpable del imperialismo estadounidense y el surgimiento de varios rivales. Al verse cara a cara con el deterioro de su propia economía y la creación de nuevos rivales, recurre al militarismo y a la opresión que a diario organiza a escondidas. El gran servicio de WikiLeaks es que ha sacado a luz del día varias de estas actividades.
El ataque contra WikiLeaks y la persecución de Julian Assange correctamente han causado que millones de gente alrededor del mundo se levanten en oposición. Ello se debe a las revelaciones que han comenzado a aclarar las amargas experiencias de la última década. Menciono sólo unas pocas: la guerra falaz contra el terrorismo; las mentiras para lanzar las guerras contra Irak; los crecientes y continuos ataques contra los derechos democráticos; el enriquecimiento de un minúsculo sector de la sociedad por medio de actividades bancarias que sólo pueden llamarse delictivas; la expansión de la desigualdad social.
Hay sectores crecientes de la población, sobre todo en la juventud, que se inquietan por saber la verdad y porque detrás de una maraña de mentiras los políticos capitalistas, no importa de qué color simbólico pinten su orientación política, están poniendo en práctica programas que amenazan el futuro de la humanidad.
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La lucha por la verdad y por los derechos democráticos significa que hay que entablar una lucha para derrocar el sistema social, el cual, a razón de su misma esencia, es la fuente de las mentiras y la opresión. Ello significa una orientación hacia la clase trabajadora internacional, que es la única fuerza social capaz de derribar el orden imperialista, para armarla con un programa y una perspectiva revolucionarios
La reacción de los gobiernos en todos los rincones al ataque contra WikiLeaks y la persecución de Assange tiene su significado: que no existe ningún sector de la clase gobernante que defienda los derechos democráticos. ¿Cómo podría ser de otra manera cuando todos los gobiernos ahora atacan la posición social de la clase trabajadora al mismo tiempo que planean a escondidas ataques militares contra sus potencias rivales?
Nadie, me apuro en añadir, debería creer que la oposición en este país que ha salido de los ámbitos políticos y periodistas a favor de WikiLeaks refleja que Australia se ha comprometido excepcionalmente a defender los derechos democráticos. Las mismas figuras de la prensa que firmaron la declaración-que expresaron sus inquietudes acerca del ataque contra WikiLeaks y declararon su compromiso con una "prensa libre y sin miedo"-todos regurgitaron las mentiras acerca de "las armas de destrucción masiva". La defensa de la democracia no es lo que principalmente les concierne. Más bien los conmueve el miedo de que Australia, que más y más depende de China, se vea amarrada al sangriento carruaje del imperialismo yanqui que marcha a toda velocidad hacia la guerra.
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La crisis financiera mundial ha revelado que en la esfera de la economía todos los problemas a los cuales la clase trabajadora se enfrenta son internacionales. Ahora los cables de WikiLeaks han revelado lo mismo en la esfera política.
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http://www.wsws.org/es/articles/2010/dec2010/span-d31.shtml