#2638 Si cumple, como bien dices, una función social, lo suyo sería que no registrase beneficios o, si acaso, un balance de déficit muchísimo más reducido. El problema está en que a ciertas agencias gubernamentales casi (?) se les da carta blanca y, si incurren en considerables pérdidas, éstas las paga el gobierno.
Por un lado, como tú mismo afirmas, cumple una función social, al encargarse del transporte, relativamente barato, de pasajeros a distintos lugares de la península. Por otro lado, RENFE también opera trenes de mercancías.
La solución no pasa por excluir totalmente ciertas regiones en las que los la concurrencia de pasajeros es menor al coste operacional (eso sería una injusticia y fomentaría la masificación en ciertos núcleos urbanos, como aquella ciudad de más de un millón de cadáveres), ni por aumentar el precio (que, ya que sabemos cómo se las gastan, lo harían a nivel nacional, en vez de en aquellas zonas en las que se produce la mayor diferencia entre gastos e ingresos, con tal de diluir el aumento entre el resto del país), sino de buscar una mayor eficiencia, no ya en esos tramos, sino en general.
Además, no creo que el problema se encuentre en los AVE: en sus principales tramos, la ocupación media de cada tren es ligeramente superior al 90% (aunque en la primera apertura durante la pandemia, bajó hasta el 70%, y antes de la pandemia teníamos cifras parecidas a las actuales). Incluso en tramos como Cáceres-Madrid, es bastante elevada.
Hay que eliminar proyectos que, desde un primer vistazo, se muestran deficitarios, como la conexión directa de AVE que RENFE planea construir entre Madrid y Teruel. El problema de eliminar proyectos como el que he mencionado no es tanto el coste económico, como sí el político.
Y, por supuesto, también todos los sueldos inútiles, usualmente de gente puesta a dedo por los distintos ejecutivos, que hay en RENFE.