#17 Completamente. Aunque el papel del director de orquesta cobrara más importancia en el siglo XIX, siempre ha sido necesario. Puede que el forte siempre sea forte, y el piano (o flojo) siempre piano, ¿hay un número exacto de decibelios a partir del cual digan "desde aquí es fuerte"? Hay muchos decibelios que se corresponden a esa escala de sonoridad, y también a la baja sonoridad (que una orquesta suene verdaderamente poco cuesta muchísimo).
Pero el matiz sonoro es solo una de las herramientas que usa el director para otorgar a una pieza su visión. Cuando una sección, ya sea oboes, flautas, bajos, vl. I o vl. II tiene que esperar muchos compases, marca sus entradas, sobretodo las más importantes, que suelen ser más rítmicas.
En muchas grabaciones he visto cómo los músicos mueven mucho los ojos entre director-partitura. Hay obras tan largas que un músico que tiene tanto que interpretar no puede acordarse de todo, pero si se fija en el director sabrá en todo momento lo que este quiere: el grado de delicadeza.
La partitura general que el director tiene delante (o no) está analizadísima, y te aseguro que el análisis no va a ser el mismo que que el de otro director con la misma obra. Sobretodo en el análisis de intencionalidad del compositor (que abarca otros análisis), que es a partir del cual el intérprete saca sus propias conclusiones de por qué el compositor hizo lo que hizo y por qué.
En cuanto al movimiento de manos no sé mucho, pero me parece que tiene itinerarios de movimientos según qué dirija (orquesta, coro y orquesta, orquesta y ballet, etc.). Debe hacer movimientos reconocibles para todos, y me atrevo a decir que más exagerados para que el músico más lejano se percate.
El usuario luthor8 es mejor violinista que yo y probablemente toca ahora mismo con orquestas. Pregúntale a él si quieres también.