Habiendo visto toda la temporada, os dejo un buen puñado de errores, contradicciones, simplezas... que me hacen imposible entender cómo a algunos no sólo os ha gustado esto sino que hasta os ha parecido un seriote; incluye información de la obra original:
—Morgan no es un dictador que maltrata a Helmeppo, así que Luffy no realiza su primer gran acto de liberación y de ambigüedad moral (porque es un pirata liberando una base de la Marina) ni tenemos el principal catalizador de la redención de Helmeppo (cuya motivación, que originalmente es detener a su padre criminal, pasa a ser la de superar a Zoro; cambian la justicia por el rencor).
—Luffy no destruye el icono faraónico de Morgan, perdiéndose mucha retórica (y una obra narrativa no es nada sin retórica). En el original destruye la estatua que sus subordinados, cuales esclavos, estaban erigiéndole; aquí dejan intacto el cartel con su cara porque para qué vamos a contar simbólicamente.
—Eliminan la escena donde Luffy obliga a Koby a sacar su valor dormido y arrearle un puñetazo para que no diga frente a los marines que servía a Alvida. Es un momento fundamental para Koby porque por primera vez se hace valer y reafirma su ambición de servir a la justicia y ser enemigo de Luffy; en el live action Koby es valiente para pegar a Helmeppo porque sí (aunque su personaje esté definido por ser un pusilánime).
—La humillación a Shanks es irrisoria. En el manga, Higuma le parte la botella a Shanks, directamente lo golpea con ella y lo empapa de alcohol. Shanks se mantiene impasible a pesar de haber sido agredido físicamente y su respuesta consiste en agacharse para recoger los cristales, a lo que Higuma insiste con un espadazo que deja a Shanks tirado en el suelo, empapado y simbólicamente abatido. En comparación, el live action no te transmite nada, no te hace sentir nada; ¡ah! Y se marcan un error de continuidad porque luego Shanks habla como si lo hubieran empapado porque parafrasean una línea de la obra original (cosa que no pasó en el episodio).
—El enfrentamiento con la banda de Higuma es un desastre porque, de nuevo, no cuenta nada. Primero, Shanks no es colocado en una situación de vulnerabilidad: en vez de tener a un bandido apuntándole a la cabeza, lo tiene lejos. Omiten la inteligente yuxtaposición de Shanks diciendo que las pistolas no son un juguete sólo para que, inmediatamente después, Lucky Roux le vuele los sesos al bandido (demostrando que ahí los verdaderamente serios y peligrosos son los piratas); en su lugar tenemos a un Shanks vacilón, que no sabio pero moralmente ambiguo, que hace como que dispara al bandido. Tras el asesinato perpetrado por Roux (a pesar de que Luffy diga en el episodio anterior que los piratas que él conoce no son asesinos), el manga sigue con los de Shanks reafirmándose como piratas, con toda la seriedad y amenaza que ello acarrea (es una línea importantísima porque Shanks y su banda son personajes muy grises y más villanescos de lo que parece, pero el live action la omite), para luego encargarse Beckman de masacrar a los de Higuma. Este momento dice mucho también (Beckman es el primer oficial de Shanks), pero en el live action lo remplazan por acción «espectacular» pero vacía de retórica.
—En el arco de Orange omiten totalmente la trama de Shushu, el perro que pelea contra los Piratas de Buggy para proteger la tiendecilla de su amo muerto. Esta trama es importantísima porque, por un lado, define al personaje de un Luffy que pelea por este perrito (no es un héroe ni un justiciero, él ve la bondad sencilla, hace amigos con facilidad y da la vida por ellos); y por otro lado, es el principal motivo de que Nami vea con buenos ojos a Luffy porque Luffy, al ayudar al perrito y al alcalde de Orange para que recuperen su pueblo, está obrando como pirata pero al contrario de Arlong: Arlong llegó a Cocoyashi para quitar, y Luffy llega a Orange para devolver. Esto es tan importante que Oda escribe a Nami explicitándolo, pero aquí lo omiten y generarán un problema gordo porque Nami no tiene un motivo poderoso y primero para confiar en Luffy y abandonar sus prejuicios contra los piratas.
—Omiten el pasado de Buggy con Shanks; en su lugar, nos repiten insistentemente que a Buggy le hicieron daño, lo traicionaron, etc. en vez de mostrarnos lo que ocurrió para que se sintiera así.
—Adiós a la presentación original de Usopp y a su banda, que en sí misma es una declaración perfecta de cómo es el personaje. Aquí, por algún motivo, Usopp se hace llamar capitán pero no tiene tripulación; cosa grave porque el núcleo de la evolución de Usopp durante la saga del East Blue es, precisamente, responsabilizarse de que ya no está jugando a la piratería y de que no puede seguir comportándose como si siguiera en el pueblo (todas sus reflexiones durante la pelea con Chuu giran entorno a ello). Si el capitán Usopp no tiene niños a su mando ni por ende juega a nada en el pueblo, entonces, ¿cuál es la gracia de su evolución? Ninguna.
—Jango no existe aquí y todavía me pregunto cómo Morgan justificó la captura de Kuro: en el original, Jango hipnotizó a los marines para que Morgan entregase a un donnadie y lo colase por Kuro de forma creíble. Aquí se entiende que no existe tal evento porque no está Jango, ¿y entonces, qué? Que Jango no exista le quita el enfrentamiento a Usopp y lo deja como un cobarde sin redención auténtica en el arco.
—El pasado de Zoro es, de nuevo, burdo en su ejecución. Nos presentan un Koushiro totalmente desdibujado, demasiado estricto y que, por culpa de ello, no transmite la sensación de ser una figura entre lo maestra y lo paternal para Zoro. El live action omite la conversación entre ambos sobre la fragilidad del ser humano, conversación fundamental para entender a Zoro (quien es un superhombre, sí, pero consciente de la fragilidad humana) y entender por qué Koushiro le cede la espada de Kuina.
—Zeff insinúa que la comida de Sanji terminará en la basura y es un atentado contra el personaje.
—La discusión con Fullbody es remplazada por un conflicto entre éste y Galley que Sanji corta de raíz pero que en ningún momento nos transmite nada sobre su personaje. Recapitulando: Sanji empieza cachondeándose con finura de que Fullbody finja saber de vino; Fullbody echa comida a perder sólo porque le han herido el orgullo; y es entonces, tras desperdiciar comida, cuando Sanji se pone violento. Insisto, la escena adaptada no te dice nada de Sanji; entonces, ¿para qué sirve la escena, exactamente?
—Gin queda reducido a la nulidad como personaje. No se enfatiza el contraste entre Sanji y Patty porque toda interacción de éste con Gin queda omitida, ni tampoco se nos presenta a Gin como alguien orgulloso y chulesco que se derrumba en lágrimas cuando finalmente le ponen comida delante porque se muere de hambre y, en lugar de ser su violencia e intimidación lo que le trajo comida, resulta ser la amabilidad y empatía de Sanji (rasgos de la personalidad de Sanji que se reiterarán durante la historia). Toda la escena entre Sanji, Gin y Luffy queda mutilada en el live action también por los pequeños detalles: Gin come tirado en el suelo, desvalido, con un Sanji relajado y cercano sentado a su lado; no en una mesa y cocinándole con formalidad. Luffy mira desde lo lejos, sin intervenir, observando la expresión más pura de por qué Sanji tiene que ser su cocinero. El gran problema del live action es que no sabe contar una historia, y esta escena es un ejemplo claro de ello.
—Como Krieg es omitido del Baratie, el live action elimina todo el conflicto moral del arco (dar de comer a un enemigo: Gin termina trayendo al mal mayor porque Sanji ha sido empático con él, pero no importa porque Luffy está ahí para salvar el restaurante y reafirmarse como alguien a quien Sanji puede confiarle sus sueños y enrolarse con él). Es un arco que trata de Sanji, Luffy y Zoro, y de cómo estos tres comparten una filosofía parecida en lo relativo a las ambiciones, el valor y morir por tus sueños, pero el live action, al eliminar a Krieg, lo simplifica todo con demasiado foco en Mihawk. Ver cómo Luffy y Zoro pelean con todo y arriesgan su vida para perseguir sus sueños es fundamental para un Sanji que vive alienado por sus obligaciones para con Zeff, a pesar de que Zeff confiese después que Sanji tiene la misma ambición y por ello quiere mandarlo a la mar con alguien que merezca la pena.
—No se hace mención al diario de Zeff. Es un detalle interesante en la historia original porque Zeff se lo ofrece a Luffy pero éste lo rechaza porque no quiere destriparse su propia aventura; también porque Zeff es el primer personaje en referirse a la primera mitad de la Grand Line como Paradise, sugiriendo así que hay una segunda mitad muchísimo peor y dando perspectiva de lo grande que es este mundo.
—La traición de Nami se revela en el Baratie con una escena insulsa. Interviene Nami para que Arlong no mate a Luffy, se marchan; maravilloso, desde luego mejor que Nami matando aparentemente a Usopp sólo para revelarse que se apuñaló a sí misma. Que la escena de Nami «matando» a Usopp y aparentemente traicionando a la banda se omita supone que jamás entendemos realmente por qué Zoro y Sanji se llevan mal. Os lo explico: Zoro y Sanji chocan de verdad y por primera vez en Arlong Park. Cuando el grupo se reencuentra con Nami después de que ella lo abandonase, todos piensan que Nami ha matado a Usopp. Zoro se lanza a cortar a Nami pero Sanji lo intercepta con una patada y le cuestiona si los espadachines atacan a las mujeres y le espeta que no actúa racional por la pérdida emocional. Éste es el fundamento de su eneamistad y la escena contrapone dos filosofías de vida que son opuestas: Zoro trata a las mujeres como a los hombres porque vio cómo Kuina se boicoteaba a sí misma por el pensamiento sexista de su cultura; y Sanji pretende proteger a las mujeres y nunca dudar de sus palabras, pero con el tipo de paternalismo que, en esencia, es tan sexista como el que sufrió Kuina. Al mismo tiempo, Sanji es muy empático y capta fácilmente cuándo alguien está mintiendo y cuándo no, cuándo alguien está sufriendo y cuándo no, mientras que a Zoro le falta esa conexión íntima con las personas. Es por esto que comienza su animosidad, y en el live action no existe.
—Todo Cocoyashi sabe que Nami trabaja con Arlong para comprar el pueblo, de hecho Nojiko se tatúa el cuerpo como acto de empatía hacia el tatuaje de Nami (y la carga que éste supone). En el live action nadie sabe nada y Nojiko se tatúa porque mola. Igualmente, Genzo queda reducido a la mínima expresión, así que en el live action no existe figura paterna alguna en la que Bellemere confía para cuidar de sus hijas cuando ella no esté.
—Eliminado el discurso de Luffy sobre la interdependencia («¿Qué puedes hacer tú?» «Puedo derrotarte»), fundamental para entender cómo opera su banda y cómo entiende él la capitanía.
—Hatchan omitido a pesar de ser el segundo hombre pez más importante de todo One Piece y personaje principal en dos arcos futuros.
—Adiós a esta escena, una de las más potentes de Zoro; irónicamente, el live action logra un paradójico equilibrio entre querer hacer a Zoro más malote y molón de lo que es en el manga pero quitándole sus mejores escenas:
—Arlong no pelea con los dientes, no muerde, no se enloquece como se enloquecen los monstruos marinos. O sea: pelea como un ser humano, no como un hombre pez, un error importante porque le resta matices a su personaje y elimina una de las expresiones más viscerales de su orgullo como especie no humana y superior a ésta.
—Luffy no le rompe la nariz a Arlong, su rasgo más representativo de orgullo como hombre pez, porque insisto: el live action no entiende la retórica.
—Luffy no destruye los mapas de Nami y si derrumba la sala no es por la carga traumática que ésta representa para Nami sino como estrategia para derrotar a Arlong. Es uno de los momentos más simbólicamente potentes en todo Arlong Park y aquí ni se lo espera.
—Como Genzo no importa nos perdemos otra gran escena, la de diciéndole a Luffy que como no cuide de Nami irá a buscarlo y lo matará.
No me apetece entrar en toda la subtrama de Koby, Helmeppo y Garp; sólo diré que Garp no me parece Garp, que verlo enviar a Mihawk para cazar a Luffy es desproporcionado y fuera de lugar, y que con razón a Oda no le gustó la idea.
Seguramente me haya dejado cosas, pero os lo resumo: el noventa y cinco por ciento de lo que cambia la adaptación lo cambia a peor, y no existe una sola gota de talento real, de buen escritor, en cómo está contada porque nadie del equipo parece entender de simbolismo y retórica. No te cuenta absolutamente nada aun cuando el material original destaca, precisamente, por contar muchísimas cosas; en definitiva, carece totalmente de alma.
Un consejo sincero, de verdad: si sois aficionados a One Piece y esto os ha gustado necesitáis releer la obra original y, sobre todo, entenderla.