...la asquerosa teletienda que nos bombardeaba a todas horas hace años?
A mediados de los 90, la televisión se convirtió en un foco inaguantable de anuncios de teletienda. Estos no respetaban horarios infantiles ni diurnos, y se repetían hasta la saciedad. Te podían salir viendo una peli en Antena 3 a las 10 de la noche, No te rías que es peor en la 1 a mediodía, o Hugo en Telecinco por la tarde. Fue el boom, y crisis al mismo tiempo, de la teletienda en nuestro país.
A lo largo de esos contenedores de anuncios se sucedieron multitud de objetos de dudosa utilidad que se vendían a suculentos precios. Algunos gozaron incluso de una fama que para nada les precedía, como era el caso de las almohadas cervicales. Estas almohadas, en teoría, ayudaban a mejorar el sueño, dejar de roncar e incluso eran buenas para la espalda. Al final se terminaría demostrando que eran, por así decirlo, un fraude, porque no aportaba nada beneficioso a la salud y sí alergias o dolores de espalda (según casos reportados en ese entonces). La cuestión es que fue el elemento más característico de esa telebasura publicitaria de la época, saliendo a todas horas y cientos de veces al día durante meses y meses. Un auténtico martilleo que, por inercia o tal vez insistencia, acababa surtiendo efecto. Mi madre se compró una, por ejemplo ¬¬U.
Otros de esos elementos característicos de la teletienda de la época era los cuchillos Ginsu. Este set de cuchillos, importado directamente desde Japón, era la solución perfecta a tener unos cuchillos de calidad, duraderos (¡tenían 50 años de garantía! xDDDDD) y que cortaran de todo. Tal vez se tratara del elemento más útil de entre los "publicitados", pero su anuncio era tan pesado que, por encima de toda utilidad, uno le terminaba cogiendo asco. Aun así, también surtió efecto: mi madre se compró un set de esos.
Pero si hubo algo que se vendía como la panacea de lo práctico y que se rompía al primer día era el kit de pintura de yonosequé (si alguien se acuerda del nombre, se lo agradecería). Este kit de pintura traía diferentes utensilios para pintar cualquier tipo de superficie, en cualquier posición y hacía gala de una técnica de secado y limpieza ultrainnovadora. Ultramierda. Se rompía desde el primer uso, y con dicho primer uso uno se daba cuenta de que estaba lejos de ser lo anunciado. Mi madre sufrió ambas cosas porque también sucumbió a tantísimos anuncios.
Si todos tenían algo en común es que su método de venta era curioso como el solo. Primero, en todos se daban numerosas opciones de pago, destacando la de la Tarjeta de compra de El Corte Inglés. Pero lo mejor de todo es que, da igual cuanto tiempo estuvieran anunciándose, que siempre había una oferta de lanzamiento. Esa oferta consistía en "regalar" una segunda unidad del producto en cuestión o algo por el estilo, lo que ya, a una legua, se dejaba ver que, el conjunto era algo timo y no valía lo que costaba.
En fin, que estaba preparándome un sandwich de jamón serrano y queso cuando mi mente volvió a esos aciagos tiempos, y me entraron ganas de compartirlo con vosotros. Habrá algunos que todo esto os sonará a chino por no haber vivido la época o ser demasiado pequeños para recordar, pero estoy seguro que otros tantos sufrirán escalofríos al recordar tan horribles artículos. ¿Os acordáis de alguno más de la época, a todo esto?