He encontrado esto en un comentario de Reddit, que creo que podría ser interesante para comentar.
An old vagabond in his 60s told me about it over a beer in Central America, goes something like this: The more places you see, the more things you see that appeal to you, but no one place has them all. In fact, each place has a smaller and smaller percentage of the things you love, the more things you see. It drives you, even subconsciously, to keep looking, for a place not that's perfect (we all know there's no Shangri-La), but just for a place that's "just right for you." But the curse is that the odds of finding "just right" get smaller, not larger, the more you experience. So you keep looking even more, but it always gets worse the more you see. This is Part A of the Curse.
Part B is relationships. The more you travel, the more numerous and profoundly varied the relationships you will have. But the more people you meet, the more diffused your time is with any of them. Since all these people can't travel with you, it becomes more and more difficult to cultivate long term relationships the more you travel. Yet you keep traveling, and keep meeting amazing people, so it feels fulfilling, but eventually, you miss them all, and many have all but forgotten who you are. And then you make up for it by staying put somewhere long enough to develop roots and cultivate stronger relationships, but these people will never know what you know or see what you've seen, and you will always feel a tinge of loneliness, and you will want to tell your stories just a little bit more than they will want to hear them. The reason this is part of the Curse is that it gets worse the more you travel, yet travel seems to be a cure for a while.
None of this is to suggest that one should ever reduce travel. It's just a warning to young Travelers, to expect, as part of the price, a rich life tinged with a bit of sadness and loneliness, and angst that's like the same nostalgia everyone feels for special parts of their past, except multiplied by a thousand.
Parafraseando un poco para traducir para los que no sepan inglés:
Mientras más viajas, más elementos ves que te gustan, pero ningún lugar los tiene todos. De hecho, cada lugar que ves tiene cada vez un porcentaje más pequeño de lo que más te entusiasma. Esto hace que inconscientemente sigas buscando y buscando, no un lugar que sea perfecto, sino un lugar que sea el adecuado para ti. Así que sigues buscando, pero cada vez es peor mientras más lo buscas. Ésa es la parte A de la Maldición.
La parte B son las relaciones. Mientras más viajes, más numerosas y variadas son las relaciones que tendrás, pero mientras más gente conozcas, menos tiempo tienes para estar con cualquiera de ellos. Además, como estas personas no viajan contigo, cada vez es más difícil cultivar y mantener relaciones de larga duración. Aún así, sigues viajando, y sigues conociendo gente alucinante, lo que hace que sea una experiencia de gran satisfacción, pero al mismo tiempo los acabas echando de menos a todos, además de que muchos probablemente se hayan olvidado ya hasta de quien eres. En un determinado momento intentas compensarlo quedándote en un lugar determinado un tiempo suficiente para llegar a establecerte y crear relaciones fuertes, pero esas personas nunca sabrán lo que tú sabes o verán lo que tú has visto, y siempre sentirás un pequeño pinchazo de soledad. Querrás contar tus historias un poco más de lo que la gente estará dispuesta a oírlas. La razón por la que esto es parte de la Maldición es porque cada vez se hace peor a medida que sigues viajando, pero viajar parece ser la cura para eso mismo, al menos por un tiempo.
Personalmente, veo mucha verdad en estas palabras. Me siento muy identificado con cada una de las ideas que se exponen aquí, y eso que no me considero un "viajero" 100%. No quiero ni imaginarme la gente que cada año hace un mínimo de 4 o 5 viajes, y ni siquiera tiene un sitio que llamar "casa" de manera indefinida, un sitio a donde volver para descansar.
¿Vosotros qué opináis?