El espectacular fenómeno se ha producido a 430 millones de años luz de distancia tras la colisión de dos galaxias
Llega justo a tiempo para el día de San Valentín. Se trata de un anillo de fábula, más allá de la imaginación (y las expectativas) de cualquier hombre o mujer de este planeta. De hecho, el anillo no es de este mundo, ya que se forjó muy lejos de aquí, a 430 millones de años luz de distancia. Y, por supuesto, no está hecho de diamantes... sino de agujeros negros.
Se trata, en realidad, de dos lejanas galaxias interactuando entre sí. Se llaman Arp 147 y han sido fotografiadas por dos de los mejores telescopios espaciales de que disponemos: el Hubble, que ha captado imágenes ópticas del espectáculo; y el Chandra, que ha hecho lo mismo, pero en el rango de los rayos X.
La imagen que hay sobre estas líneas es una composición realizada combinando los datos de ambos instrumentos. Los tonos rojos, azules y verdes corresponden a la imagen tomada por el Hubble. Los de color magenta, a la conseguida por Chandra. El trabajo, realizado por científicos del MIT (Instituto de Tecnología de Massachussets), aparece en un número reciente de Astrophysical Journal.
Arp 147, que mide unos 115.000 años luz de punta a punta, contiene los restos de una galaxia espiral (a la derecha) tras su colisión con la galaxia elíptica que aparece a la izquierda. Una colisión que produjo una gigantesca onda expansiva de estrellas en formación, que en la imagen se muestra como un anillo azul en el que abundan estrellas muy jóvenes y masivas.
Esta clase de estrellas cumplen su ciclo evolutivo en un tiempo muy breve (unos pocos millones de años, un simple parpadeo si se compara, por ejemplo, a los diez mil millones de años de vida de una estrella como nuestro sol), y suelen terminar su corta existencia estallando como supernovas y dejando tras de ellas sus "cadáveres" en forma de estrellas de neutrones y agujeros negros.
Enormes agujeros negros
Una cierta cantidad de esas estrellas de neutrones y agujeros negros tienen una "compañera", es decir, forman parte de un sistema estelar doble, y pueden convertirse en potentes emisores de rayos X (lo que sucede cuando la estrella de neutrones o el agujero negro empiezan a "absorber" la masa de sus compañeras). Las nueve fuentes de rayos X repartidas alrededor del anillo de Arp 147 son tan brillantes que tienen, por fuerza, que ser agujeros negros, con masas entre diez y veinte veces la del Sol.
Otra potente fuente de rayos X puede observarse en el núcleo de la galaxia de la izquierda y puede estar causada por un gran agujero negro central. La fuente no puede verse en la imagen óptica del Hubble, pero se aprecia con toda claridad en la obtenida por Chandra (ver imagen).
Otras observaciones del mismo objeto realizadas en el rango del infrarrojo (por el telescopio Spitzer) y en el ultravioleta (con el GALEX), han permitido estimar el ritmo de formación de estrellas dentro del anillo, que alcanzó su máxima actividad hace "solo" 15 millones de años.
Fuente: ABC.es
Otra vez, el Universo no deja de sorprendernos. ¿En qué remota obra de ciencia ficción podríamos imaginarnos un fenómeno tan impresionante como es un anillo de estrellas cuya estructura mantienen una gran cantidad de agujeros negros? Hemos visto galaxias que se regían por la fuerza de su agujero negro supermasivo central (casi todas), pero anillos...?
Realmente impresionantes las creaciones que el Universo puede llegar a realizar... Y todo esto vino de mano de la destrucción: la colisión entre dos galaxias.
Y por cierto, el objeto súper luminoso de la izquierda es otra galaxia, en el cual podemos distinguir su centro estelar, cuyas emisiones de rayos X vienen principalmente dadas por el agujero negro supermasivo del interior. Qué pasada, parece una imagen de ciencia ficción...
Espero que nunca dejen de aparecer imágenes interesantes del Universo, porque nos demuestran cuán pequeños somos, pero también de donde procedemos.