Las pequeñas bacterias modificadas genéticamente podrían convertirse en una solución práctica para eliminar las miles de toneladas de mercurio que se emiten anualmente en el mundo -la mayoría por procesos industriales- y que terminan en el fondo marino, donde los microorganismos pueden transformarlo en mercurio metílico, una forma altamente tóxica que se acumula en los peces, los mariscos y animales que se alimentan de los primeros, escalando así la cadena alimentaria hasta terminar en nuestros platos.
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), la exposición a niveles altos de mercurio puede perjudicar el cerebro, el corazón, los riñones, los pulmones y el sistema inmunológico de las personas de todas las edades.
No obstante, los estudios revelan que el consumo básico de pescado de la mayoría de las personas no es motivo de preocupación. Sin embargo, lo que sí se ha demostrado es que los niveles altos de mercurio metílico en las vías sanguíneas de los bebés por nacer y los niños pequeños pueden ser perjudiciales para su sistema nervioso.
El equipo de científicos de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, liderado por Óscar Ruiz, logró crear estas bacterias "comemercurio" al introducirles un gen capaz de hacer dicha tarea.
En su proceso de experimentación, Ruiz y sus colegas probaron su hipótesis con dos genes distintos. Uno de los genes era de origen bacterial, el gen codificador del polifosfato de quinasa o PPK, y el otro provenía de los ratones, el gen que codifica las proteínas MT, encargadas de regular los niveles de zinc y cobre en la sangre, además de desintoxicarla del mercurio y otros metales pesados.
En ambos casos los científicos lograron producir bacteria capaz de sobrevivir en un ambiente saturado de mercurio, pero con el segundo, el gen del ratón que pertenece a una familia de proteínas que en los mamíferos se encarga de limpiar la presencia de metales pesados en la sangre, las bacterias transgénicas al cabo de cinco días lograron eliminar el 80% del mercurio presente en su ambiente, señala el reporte publicado en la revista BMC Biotechnology.
De acuerdo con lo dicho por Ruiz, su bacteria "comemercurio" no solo ofrece una alternativa para limpiar el mercurio presente en el ambiente, sino que permitiría recuperar y reutilizar el metal en nuevos procesos industriales.