Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (MRIf) para monitorear la actividad cerebral de los pacientes mientras eran sometidos a terapias de reaprendizaje de habilidades motoras, las cuales habían perdido como resultado de su EVC.
El estudio, presentado en el Festival Británico de la Ciencia en Bradford, Inglaterra, encontró que el cerebro es sumamente flexible y después de que ocurre una lesión que causa daños puede reestructurarse a sí mismo, es capaz de volver a crecer nuevas conexiones y de reasignar tareas a diversas áreas
La profesora Heidi Johansen-Berg y su equipo investigaron la posibilidad de utilizar estimulación eléctrica no invasiva para ayudar a la recuperación de las habilidades motoras perdidas.
Inicialmente notaron una mejora temporal en los pacientes de EVC.
Pero se quedaron muy sorprendidos al descubrir que al aplicar esa misma estimulación cerebral a adultos sanos éstos lograron acelerar significativamente la velocidad de su aprendizaje.
Más actividad
Para observar este efecto, el equipo diseñó un experimento en el que voluntarios memorizaban una secuencia para apretar botones "como si estuvieran tocando una melodía en un piano", dicen los investigadores.
Mientras llevaban a cabo esa tarea se les colocó un dispositivo de "estimulación de corriente transcraniana", con el cual se ponen dos electrodos en una posición específica de la cabeza.
El dispositivo funciona pasando una corriente eléctrica muy pequeña entre los electrodos a través del cerebro y, dependiendo de la dirección de la corriente, incrementa o disminuye la actividad en esa región del cerebro.
Tal como explica la profesora Johansen-Berg "un incremento en la actividad de las neuronas las hace más susceptibles al tipo de cambios que ocurren durante el aprendizaje".
Los resultados del experimento de apretar botones mostraron efectos positivos en el aprendizaje con sólo 10 minutos de estimulación cerebral.
En otros voluntarios en quienes se utilizó un dispositivo placebo que no involucraba estimulación eléctrica no se vieron esos efectos.
"Aunque la estimulación no logró incrementar el mejor rendimiento de los participantes, la velocidad a la que lograron su mejor resultado se incrementó significativamente" afirma la
profesora Johnasen-Berg.
Según la investigadora, al dirigir la corriente a la zona del cerebro que controla las habilidades motoras se logró aprender tareas de movimiento mucho más rápido.
Los científicos creen que la técnica podría también utilizarse para ayudar al entrenamiento de atletas.
Y esperan que el método pueda aplicarse a otras regiones del cerebro para mejorar el aprendizaje educativo, simplemente colocando los electrodos en distintos lugares para que la corriente sea dirigida a la zona correcta.
La relativa sencillez y bajo precio de la técnica (unos US$1.500 por unidad) y su facilidad de transporte significan que el aparato podría eventualmente, ser diseñado para usarse en el hogar.
La profesora Johansen-Berg y su equipo planean investigar ahora si es posible incrementar el efecto en el aprendizaje llevando a cabo estímulos eléctricos cerebrales diarios durante un período de semanas o meses.
En el tratamiento de pacientes que han sufrido EVC, la técnica podría ser utilizada junto con las actuales psicoterapias para mejorar el avance del enfermo, el cual tiende a variar mucho entre una persona y otra.