u nombre es krotita, y es el componente principal de una serie de inclusiones encerradas en un meteorito hallado en el norte de África, el NWA 1934. Un pequeño grano que, a causa de su apariencia, ha sido bautizado por los investigadores como "huevo roto" y que llamó de inmediato la atención de los científicos. A menudo, los meteoritos contienen pequeños fragmentos, o inclusiones, de otros materiales cuyo estudio se ha revelado una fuente inagotable de información y nuevos datos sobre el sistema solar primigenio.
En el caso del "huevo roto", se trata de una rara mezcla refractaria de calcio y aluminio. El término "refractaria" se refiere al hecho de que estos granos contienen minerales que permanecen estables a muy altas temperaturas, lo que constituye una prueba de su antigüedad, ya que se formaron por condensación en la ardiente y primitiva nebulosa solar.
Tras ser identificado, el "huevo roto" fue enviado en primer lugar al Instituto de Tecnología de California (Caltech), donde la inclusión fue sometida a pruebas de nanomineralogía para determinar con exactitud sus componentes. Después, fue estudiado por rayos X en el Museo de Historia Natural de Los Angeles y allí se confirmaron sus componentes: óxido de calcio-aluminio (CaAl204), algo nunca observado antes en la Naturaleza, aunque sí fabricado artificialmente por el hombre.
Un tesoro de información
Encontrar de forma natural un compuesto así, formado hace más de 4.500 millones de años, es un auténtico regalo, un tesoro de información y que contiene las claves para descifrar el origen del Sistema Solar. Para la fabricación artificial de este mineral se requieren temperaturas de por lo menos 1.500 grados centígrados. A lo que se añade el hecho, además, de que el "huevo roto" se formó a bajas presiones (es decir, no durante un evento catastrófico), lo que es consistente con el hecho de que su origen esté en las fases iniciales de la nebulosa solar primigenia, de la que después se formaron todos los planetas. Es decir, que la krotita es uno de los primeros minerales que existieron en nuestro Sistema Solar.
Por supuesto, los estudios sobre el "huevo roto" continúan. El objeto es conocer con el máximo detalle las condiciones exactas de su formación. La muestra contiene restos de al menos otros ocho minerales, y por lo menos uno de ellos es completamente desconocido para la Ciencia.