El estudio, publicado en la revista médica "The Lancet", constató que el gen "Nueva Delhi metallo-b-lactamase-1" (NDM-1), resistente a la mayoría de los antibióticos y originalmente detectado en pacientes de hospitales indios y paquistaníes, se encuentra ya en las cañerías y charcos de la capital india.
Según el primer estudio, publicado en agosto pasado por "The Lancet" y descalificado por la India, el gen había sido detectado en bacterias causantes de infecciones urinarias o neumonía y tenía un alto potencial de diversificación y trasmisión a otras bacterias.
Según el más reciente análisis, patrocinado por la Unión Europea (UE) y conocido con ocasión del Día Mundial de la Salud, el resistente NDM-1 se ha extendido ya a los bacilos causantes del cólera y la disentería, por lo que se impone la "necesidad urgente" de una acción global ante su proliferación mundial.
El gen NDM-1 "no es un problema significativo en el país", aseveró en un comunicado el Gobierno de la India, según el cual el estudio carece de apoyo en pruebas clínicas y epidemiológicas.
"No es novedad que haya una bacteria, no es científico. Hasta que no cause daño, ¿por qué lo sacan a colación, cuántas veces ha causado una infección?", se preguntó en rueda de prensa el secretario de Salud e Investigación del Ministerio de Salud y director general del Consejo indio de Investigación Médica, V.M.
Katosh.
Katosh dijo que la India no niega la presencia del gen NDM-1, pero condenó que el estudio se centre sólo en su país y mantuvo que "no hay pruebas de que suponga un peligro".
Según insistió, estas bacterias se pueden hallar en el medioambiente de cualquier país, aunque la India, aseveró, pondrá en marcha programas de investigación a largo plazo y tomará las "acciones apropiadas" para combatir el NDM-1.
La reacción es similar a la de agosto pasado, cuando el Gobierno desacreditó el primer estudio sobre este gen, criticó que se le diera el nombre de Nueva Delhi y protestó por el daño que podía hacer a su "turismo médico", una industria que movió en torno a 2.000 millones de dólares en 2010.
En la rueda de prensa, el director general del Servicio de Salud del ministerio, R.K. Srivantava, aludió a un ensayo desarrollado durante dos años en un hospital de Delhi, con la toma de muestra de heces de casi 2.000 mujeres embarazadas, en las que no se halló el gen NDM-1.
"Si hacemos casi 2.000 pruebas y no hay ni un solo caso, ¿entonces dónde está?", cuestionó.
Según explica "The Lancet", hay pacientes infectados de todos los continentes que podrían estar transmitiendo el gen oralmente y a través del contacto con las heces.
"El potencial de proliferación es real y no debería ser ignorado", advirtió Mohd Shahid, del hospital indio Jawaharlal Nehru, en un comentario que acompaña al estudio dirigido por el profesor Timothy Walsh, de la Universidad de Cardiff (Reino Unido).
Los investigadores dirigidos por Walsh recogieron 50 muestras de agua del grifo y 171 de charcos y riachuelos en un radio de 12 kilómetros del centro de Delhi, y hallaron el gen NDM-1 en 2 de las primeras y en 51 de las segundas.
En las muestras, los investigadores detectaron 20 tipos de bacterias, de las cuales 12 portaban el NDM-1, cuya capacidad de transmisión aumenta cuando la temperatura ronda los 30 grados centígrados.
"La transmisión de la bacteria por vía fecal y oral es un problema global, pero su riesgo varía de acuerdo con los estándares de higiene", agregaron, tras expresar su preocupación por la situación en la India, donde "650 millones de ciudadanos no tienen acceso a agua potable o a un retrete".
El nuevo estudio de "The Lancet" se suma a otros recientes que alertan de la contaminación del agua en Delhi y de los peligros que representa para la salud de su población.
En marzo pasado, el Comité capitalino de Salud Pública constató que el 18 por ciento del agua suministrada a los hogares delhíes tenía contaminación fecal debido a la corrosión de las cañerías, los frecuentes cortes y las interconexiones entre redes de suministro y desagüe.
Ese mismo mes, la ONG delhí "Hazard Centre" denunció que el agua de Delhi es "cada día más sucia", tras repetir un estudio de 2009 y reconfirmar la presencia en ella de pesticidas y metales pesados, además de bacteria