Pixar no tiene historias adultas, tiene historias que pretenden enseñar cosas tanto a adultos como a niños. Se les critica principalmente porque en muchas ocasiones tiran de escenas-cliché muy emocionales y muy fáciles de entender (que básicamente utilizan como "checkpoints" para avanzar sus tramas) que puede entender tanto un adulto como un crío cualquiera que no se babe encima.
Algunas de sus películas son directamente infantiles (toda la saga Cars) y responden más a factores comerciales que a ideología del estudio (a día de hoy se ha recaudado más dinero con juguetes de Cars que con las propias películas) y eso también les pesa con algún que otro hater, pero en general muchos cinéfilos no tienen en estima al estudio porque su narrativa es muy sencilla, independientemente de lo trascendental que pueda llegar a ser (o no) la tesis de cualquiera de sus pelis.
El estudio también sufre un poco el estigma de ser de animación, un tipo de cine que se cataloga como género en lugar de como técnica del mismo cine tradicional (lo cual es absurdo porque se mete en el mismo saco, por ejemplo, "El viaje de Arlo" junto con "Akira" siendo éstos productos esencialmente contrarios y con fines muy diferentes).
Con el tiempo y mientras entra en la psique de la cultura occidental la idea de que el cine de animación es cine (igual que ya ocurre en oriente con su cine animado) el estudio se terminará de consolidar como los putoamos que son, haciendo de lo simple algo que excede en muchas ocasiones los estándares de la más compleja de las obras de su hermano mayor, el cine tradicional.