Película que parte de una premisa curiosa (persona cuyo ciclo vital funciona a la inversa, no envejece, sino que rejuvenece), pero a medida que transcurre el metraje, no acaba de contar algo memorable ni destacable. A parte de la evolución física de Benjamin, uno espera que haya presente a nivel de narrativa alguna reflexión, algún mensaje, algún giro llamativo... Pero nunca sucede. Básicamente durante más de dos horas y media, el espectador observa como una persona anciana se convierte en un bebé, sin más, sin episodios especialmente memorables, siendo todo bastante sencillo. Es como una vida cualquiera, con la única particularidad de que no crece, sino que decrece.
Porque al final, eso es lo único que queda como elemento diferenciador, en lo demás, se trata de una trama bastante simple que no destaca, iguala, ni mucho menos supera, a muchos dramas humanos ya contados en la historia del cine. No deja de ser un ejercicio peculiar que no pasa de ahí, porque el guión encima, muestra bastantes lagunas, conveniencias, contradicciones e incoherencias (especifico en spoiler).
En los demás apartados y parámetros, el más destacable sin duda, es el del maquillaje, bastante complejo teniendo en cuenta el periplo vital del personaje principal. Los efectos especiales por contra cantan bastante, notándose en demasiadas ocasiones los cromas al recrear localizaciones antiguas, destacando sobre todo los paisajes marítimos, que aún con la notoria presencia de la oscuridad, no pueden ocultar la presencia del correspondiente croma. La banda sonora es minimalista, acompaña, pero no emociona. Y finalmente, las actuaciones son correctas.
Como he leído en algunas críticas, demasiada extensión para lo que se cuenta, porque exceptuando el único componente distintivo, la historia no requería de más de 150 minutos para ser transmitida, no existe un trasfondo poderoso e intenso que justifique esa duración, ni es lo suficientemente compleja ni especial para requerir de tanto tiempo.
A mi juicio, clásico caso de cinta mitificada y sobrevalorada por su premisa y estética, que sin embargo, no soporta bien el paso del tiempo. No es tan grandiosa como las notas venden...
spoilerResulta que en el proceso anómalo experimentado por Benjamin, donde rejuvenece en vez de envejecer, dicho rejuvenecimiento sólo afecta al plano físico, que no mental, permitiéndole mientras es un anciano conservar la lucidez. Sin embargo rápidamente se entra en el terreno de las contradicciones cuando se atisba que esa madurez mental que le permite estar lúcido en un cuerpo de 80 años, no se traduce a su vez en una mentalidad plenamente formada y madura, disponiendo de la actitud propia de un infante. Carece de sentido alguno y más cuando posteriormente, al convertirse en un niño, experimenta síntomas de demencia propios de la vejez. Puedo entender la retórica de que el ciclo vital de una persona funciona el revés, pero en ese caso, lo lógico es que sea a todos los niveles, no sólo en el físico y el mental a conveniencia del guión... Lo que se traduce en última instancia, en anomalías y incoherencias de difícil explicación y argumentación.
Tampoco quedan bien resultas las idas y venidas amorosas de Benjamin y Daisy (tratado de manera muy superficial), por no mencionar el hecho de que nadie se acaba de cuestionar en ningún momento porqué una persona que nació anciana, se vuelve joven, dato en el que casi nadie repara y pasa totalmente inadvertido para el común de los mortales, a pesar de los numerosos testigos que aprecian dicho proceso...