Cuando se revela que Jack, padece un trastorno de doble personalidad y que en realidad, Tyler nunca ha existido, siempre ha sido él. Y a diferencia de otras películas que pecan de tramposas a la hora de acometer este tipo de giros de guión, te percatas que todo encaja, que cuando al inicio de la cinta, como espectador podía ver fugazmente donde un instante, la figura de Tyler, antes de que Jack lo "conociera" en el avión (para el que lo pregunte, sí, fui capaz de atisbar durante medio segundo como aparecía una figura fugaz y tenue en pantalla y el rebobinar y detenerme en el fotograma exacto, advertí de ese detalle antes de aconteciera la escena del avión), era porque se trataba del comienzo de su desdoblamiento de personalidad.
Jack es una persona sumamente frustrada e insatisfecha que se siente atrapada en una vida rutinaria (su mayor emoción es decorar con muebles de Ikea su hogar) y Tyler supone esa liberación, esa parte de su personalidad más atrevida y arriesgada (fruto de lo cuál puede "conquistar" a Marla, de ahí que el primer sueño que tuvo acostándose con ella, fuera realidad, pero no se consciente en su momento), que vive al límite, que transgrede el orden establecido, que vive sin complejos, que desafía al sistema, todo lo que en el fondo le gustaría ser pero no puede lograr porque como el humano promedio, es demasiado conservador y temeroso como para romper todas esas barreras. El problema es que la personalidad de Tyler se impone con mayor vigor hasta que todo se descontrola a un nivel inusitado.
Yo supe desde el principio que Tyler era el que había quemado el apartamento de Jack para forzar que viviera con él y abrazara su alocada forma de vida, lo que no me imaginaba, es que todo era fruto de su imaginación.
Me parece un giro de guión buenísimo y que aporta una capa de complejidad a la obra, porque es de esos pocos caso donde un nuevo visualizado hace que te fijes aún más en todos los detalles acerca de como están compuestas y rodadas las escenas, fijarse en las interacciones entre los personajes y lo que antes era banal o superficial, ahora tiene otro mensaje, otro trasfondo. Como ejemplo al respecto, en la escena donde Tyler apunta a la cabeza de un chico asiático, se está produciendo un debate moral interno entre sus dos personalidades, pugnando entre ambas por ver cuál se impone y se alza victoriosa.
Por otro lado, también ha de destacarse como se refleja con gran acierto, lo sencillo que es manipular a la gente, como el club de la lucha se acaba convirtiendo en una secta llena de fanáticos y como se incurre en los mismos aspectos que generaron en el pasado movimientos totalitarios: identidad, unión, hermandad, fidelidad, culto al líder, etc.