Está bien, aunque no es una película que me apetezca volver a ver. Los que dijeron que Mank era aburrida van a tener que revisar su baremo porque, en comparación con esta, la de Fincher parece un blockbuster trepidante de superhéroes. Bueno, no es para tanto, pero sí tiene un ritmo muy pausado.
Sobre la película, uno puede llegar a sentir el abandono y la soledad de las personas a las que el sistema ha dejado de lado, no se regodea en el drama y se centra en la supervivencia, en seguir hacia adelante. La banda sonora de Ludovico Einaudi (Intocable) acompaña muy bien a las imágenes.
No obstante, no me parece muy creíble que, tratándose de una situación tan desalentadora, todos los nómadas sean tan simpáticos y tan buena gente, más todavía en esa América profunda donde suelen retratar tanta gente rara y tosca. En esa misma línea, tampoco me ha convencido el personaje de líder mesiánico que da la chapa diciendo que su estilo de vida es el correcto, o algo así. Me ha parecido como una secta que te tiene que caer bien sí o sí.
La interpretación de Frances McDormand tampoco me ha parecido nada del otro mundo. Diría que la directora busca un tono muy cotidiano, pero no sé si este papel da para nominación.