Buena película de detectives donde todo el mundo tiene causa justificada para ser sospechoso, hay pistas falsas, giros de guion y secretos personales a tutiplén. Piezas de un puzle que al principio parecen aleatorias y luego con el tiempo se van ordenando en la cabeza de Daniel Craig. Plantel de actores bastante alto que interpretan a gente que se quiere pero que luego todo el mundo tiene secretos contra todos.
Lo que pasa es que han cogido lo que pensaron que funcionó de la primera y lo han multiplicado por tres. Daniel Craig ya no es un detective, ahora es un tío raro con manías propias. Algún giro de guion se atraganta al espectador y la película es más larga que el confinamiento. Además que eso de hablar como gente normal (chistes, marcas, nombres de famosos.....) queda guay para el grupo de amigos pero en una película no tanto.
A mí me ha gustado porque me gustan las pelis de detectives, el personaje de Craig, la forma en que está contada y darle al coco mientras la veo para ver si la resuelvo. La gente con la que la he visto que le gustan menos esas cosas, la han visto como película y que es bastante más floja que la primera. Además que lo del cuadro....... me dolió hasta a mí.