Lance Armstrong ha admitido que se dopó durante sus años como ciclista profesional, según ha informado AP. El deportista de Tejas escogió a la estrella catódica Oprah Winfrey para confesar públicamente que utilizó sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento. Es la primera vez que Armstrong reconoce públicamente haber hecho trampas para ganar, tras años enrocado en una rotunda e inquebrantable negativa de su participación en prácticas de dopaje.
La entrevista, que fue grabada el lunes y se emitirá el próximo jueves a las nueve de la noche (tres de la madrugada hora española), ha servido para escuchar, también por primera vez, la reacción del de Austin a la retirada el pasado mes de octubre de sus siete Tours y a la prohibición de participar en pruebas ciclistas organizadas por la Unión Ciclista Internacional, adoptadas tras el informe de la USADA, que situaba al exciclista en el centro de la mayor operación de dopaje llevada a cabo en la historia.
Las declaraciones que hasta el momento han transcendido de la entrevista confirman las expectativas que muchos analistas adelantaron en cuanto se conoció que el exciclista charlaría con Winfrey. Armstrong ha reconocido que tomó sustancias prohibidas para ganar los siete Tours de Francia. Lo que se ignora es si también ha admitido ser el adalid del sofisticado sistema de dopaje que detallaba el informe de 202 páginas de la agencia antidopaje de EE UU (USADA). Las confesiones del ciclista están milimétricamente medidas, una palabra de más podría provocar una tromba de demandas, no solo por parte de marcas que anteriormente le patrocinaron, sino por el Gobierno de EE UU ante cuyos tribunales el deportista ha jurado en varias ocasiones haber competido siempre limpiamente.
Durante la grabación de la entrevista, Armstrong estuvo rodeado de sus abogados, los mismos que horas antes acompañaron al excliclista hasta el cuartel general de su fundación Livestrong, ante cuyos trabajadores se disculpó por los problemas que había ocasionado en los últimos meses a la organización de lucha contra el cáncer. Aunque aceptó preguntas de los presentes, en ningún momento reconoció la ingesta de anabolizantes durante su carrera como profesional de la bicicleta. Esa confesión se la guardaba para Winfrey.
Con esta entrevista Armstrong pretende redimirse de su condición de paria deportivo al que se ha visto abocado en los últimos meses tras salir a la luz el informe de la USADA. The New York Times asegura que el ciclista espera reunirse con el director de la Agencia Mundial Antidopaje para tratar de llegar a un acuerdo que mitigue las sanciones que le han impuesto al corredor. Las reglas de la AMA facultan a los atletas que reconocen haberse dopado poder volver a la actividad deportiva. Tras retirarse del ciclismo, Arsmtrong participaba en pruebas de triatlón. Desde octubre tiene vetada la participación en competiciones de este deporte.
Pero además de su redención personal, Armstrong busca paliar los efectos negativos que el escándalo de su dopaje ha tenido sobre su fundación contra el cáncer. Desde su creación en 1997, los éxitos del ciclista han ido indisolublemente ligados a los de Livestrong. La entidad se beneficiaba de los logros del corredor y los fines benéficos a los que está destinada engrandecían al deportista, en una simbiosis perfecta. Poco importa que el de Austin se desligara de la fundación para protegerla del escándalo en los días inmediatamente posteriores al estallido del escándalo. Desde entonces muchas marcas que patrocinaban a Armstrong también se han desligado de Livestrong y muchas de las que han decidido continuar ligadas con la fundación por su labor con los enfermos de cáncer no han ampliado sus acuerdos a más de uno o dos años.
El Armstrong que se muestra en la entrevista poco tiene que ver con la imagen arrogante a la que se suele asociar al ciclista y que él mismo alimentó cuando días después de conocerse el informe de la USADA publicó una fotografía en Twitter tumbado en un sillón al pie de sus siete trofeos de Tour de Francia. EE UU tiene fascinación por el regreso de los héroes caídos. Armstrong parece dispuesto a recorrer esa senda. La entrevista con Winfrey es el primer peldaño para tratar de limpiar un nombre y una trayectoria de ahora mismo están marcadas por la mancha indeleble de muchos años de dopaje.