"No tengo ideas políticas fijas, ya lo he dicho mil veces. Soy español y moriré siendo español", asegura. Nunca escondió Salva Ballesta sus ideas políticas, las mismas que le van a impedir trabajar como segundo técnico del nuevo entrenador del Celta, Abel Resino. "Un grupo minoritario de aficionados no estaba a favor, por temas políticos, de que fuese al Celta con Abel", reconoció el ex delantero de Málaga y Atlético de Madrid en declaraciones a Radio Marca.
Salva Ballesta afirmó que ya había salido en dirección a Vigo, para cerrar los términos de su vínculo con el Celta cuando le sorprendió la llamada del presidente del Celta, Carlos Mourinho, para frenar la operación. En cuanto se supo de su llegada como ayudante de Resino, aficionados del Celta expresaron su rechazo en las redes sociales a su contratación, tildando a Ballesta de "facha", "fascista" e incluso "nazi".
En el programa 'Intermedio', Salva explicó lo sucedido: "Esta mañana tomé el coche muy feliz para ir a Vigo hasta que recibí una llamada del preparador físico, de Miguel Peiró. Me dijo que querían hablar el mister y el presidente conmigo porque había una situación en la que un grupo de aficionados del Celta no están a favor de que yo vaya para allá", dijo.
La decisión del Celta deja en lugar complicado a Abel, que ha firmado con su nuevo equipo a pesar del veto a Salva. El ex delantero no guarda rencor, pero dejó un recado al técnico: "No puedo decir que esté decepcionado con Abel. Le agradezco hasta hoy a las 13.00 horas la confianza que ha tenido en mí. Lo que ha pasado después es cosa suya, ha aceptado su contrato y ya está. Yo, personalmente, si me pongo a negociar en una mesa y mi segundo no firma, yo tampoco firmo".
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