Emilio Pérez de Rozas
Yo los entiendo. Tal vez nosotros haríamos lo mismo. Mal hecho, sí, pero tal vez adoptaríamos idéntica táctica. Ha dejado de interesarles el fútbol. Sólo se fijan en él, en el juego, en la Liga, en la Champions, en la Copa cuando existe la posibilidad de que le ocurra algo (algo malo, claro) al Barça. Mientras tanto, mejor mirar hacia otro lado.
Me estoy refiriendo al madridismo y, más concretamente, a los medios de comunicación de Madrid, especialmente los deportivos. Intentaron (aún están en ello, pero ya más relajadamente vista la recuperación del Barça) la reconquista del liderato, ya saben, la remontada, la ‘hermandad del clavo ardiendo’ que tanto éxito les proporcionó en otras épocas. Pero dejaron el asunto.
Luego hicieron ruido para ver si, de nuevo, por fin, colocaban a Raúl, su buque insignia, ese futbolista admirable que siempre tienen a mano y que jamás les decepciona, en la selección, pero Del Bosque, honesto como pocos, ha decidido mantener el bloque que fue campeón de Europa sin ‘el que nunca hace nada’, como lo apoda Manolo Lama, que el otro día nos ayudó en Cuatro a promocionar nuestro libro solidario (gracias mil).
Pero lo que mejor resultado les está dando a nivel de audiencia (y, supongo, que ventas) es el regreso de Florentino Pérez. Y, claro, con Florentino vuelven todos. Desde el glamour de Jorge Valdano al espíritu campeón de Zidane y, por fin, Cristiano Ronaldo. Les voy a confesar una cosa: ¡tengo unas ganas de que CR7 fiche por el Madrid que me muero! Empiezo a estar bastante harto de que ese chico se les resista. ¡Que fiche, que fiche, que fiche ya!
Da la sensación de que el futuro ha empezado ya. Y de que ni siquiera habrá elecciones. Tendría gracia que, después de tanto escándalo y asamblea manipulada, no haya elecciones porque Florentino, que aún no ha dicho nada (listo, pícaro, rico, con buenos amigos en los medios), gane sin rival. Más que un presidente parecen estar buscando un mesías; más que un candidato, un caudillo.
Y mientras por aquí completando un calendario salpicado de sueños, de retos, de fútbol. Toca jugar y soñar. No hay afición más feliz que la del Barça.
Les prometo que otro día hablaremos del continuismo, del ‘laportismo’ sin Laporta. Nos vamos a divertir, ya verán.
hacia tiempo que no leia una firma tan buena para mi gusto en la mierda que es sport. ale para mi la puta verdad.