artículo de relaño:
“Algunos dicen saber si un jugador vale con sólo verle atarse las botas; yo, para decir si un jugador vale, espero a verle tres o cuatro veces de visitante en San Mamés”. Tomo la frase de un delicioso libro ‘Las cosas del fútbol’ de Hernández Coronado, singular personaje ya olvidado. Portero del Madrid hace ya casi un siglo, hombre esencial del club después por mucho tiempo. Inventó el puesto de ‘secretario técnico’, que él mismo desempeñó. Vivió más de cien años. Para valorar a un jugador decidió escoger San Mamés. ¿Por qué San Mamés? Porque el fútbol en ese campo encerraba toda la verdad.
Hoy se producirá la última visita del Madrid a La Catedral, que no llegará, por muy poco, a cumplir los cien años que sí cumplió aquel hombre que tanto la valoraba. Es la visita oficial número 102 del Madrid que, como el Barça, no ha faltado nunca, porque sólo estos tres equipos han estado siempre en la Liga. Gracias a la Copa, el Madrid ha jugado más veces que el Barça, es el visitante más repetido en aquel campo. Y durante muchos, muchos años, consideró aquella la salida más difícil e importante, porque para ganar algo en España había que verse por fuerza las caras con el Athletic.
Estos 101 partidos le han dado al Madrid para mucho. A veces ha salido goleado, otras ha goleado. Allí debutaron como madridistas, entre otros, Barinaga (‘El Inglés de Durango’) y Casillas. Y Del Bosque como entrenador, con un tremendo 0-5. Allí jugó Gento hasta 19 veces. Allí marcó Di Stéfano su último gol a domicilio como madridista, reciente aún el tiempo en que su nombre fue vetado en la prensa de Bilbao. Allí se desarrolló durante decenios una rivalidad noble, en todo lo alto, hasta que la invasión de extranjeros cambió el panorama. Buenos viejos tiempos. Que la despedida sea digna de aquello.