Sobre el inigualable mapache que pulula por el Calderón escribió en su día don Carlos Fuentes en El Rojo y el Blanco algo digno de recordar:
El otro gran tema de debate en la grada fue el estado de salud de Indy. Hasta ahora todos habíamos percibido una pérdida del lustre de su plumaje, un progresivo deterioro de los colores de su peluche y hasta un agolpamiento de gomaespuma en el fondo de su cola que nos hacían pensar que la mascota no pasa por su mejor momento. Ayer las sospechas se confirmaron: Indy ha vuelto de vacaciones sin dientes. Ha perdido los incisivos que le daban ese aire confiado y guasón, lo que es un problema dado que ya estaba el hombre para el tinte.
El resultado es que ahora la mascota del Atleti es un mapache mellado y a ver cómo se lo explicamos a los niños. La grada ha desarrollado varias teorías: algunos dicen que se le han caído de forma natural, y que dentro de poco tendrá dentadura nueva por obra de la madre naturaleza, que dotó a la mascota de dientes de leche, como al resto (en cuyo caso se abre otro debate: ¿de qué especie es el ratón pérez de los mapaches?). Otros dicen saber de buena tinta que este problema dental viene de lejos, y que posiblemente Indy se haya dejado sus dos únicos dientes en un vasito de agua en la mesilla en un descuido provocado por el síndrome de estrés mascotil que ya padeciera el Piolín ese al que pegaron una paliza en el parque Warner. Hay quien lo achaca a una epidemia de caries mapachil, otros al calentamiento global. Hay también rumores de malas compañías, de sustancias ilegales, de peleas en bares de dudosa reputación, de caídas accidentales a altas horas de la madrugada. No sabemos en definitiva qué le pasa a Indy y esto es un problema mayúsculo en el Atleti de hoy, que por lo demás va fino como un longines. En cualquier caso, y aunque sea ventajista opinar a toro pasado, la elección del mapache como símbolo del Club no parece haber sido sino otro desatino de la directiva, a juzgar por lo que de estos bichos dice la wikipedia:
“Mascota no adecuada: De un aspecto que resulta simpático incluso tierno para los humanos, y de mirada curiosa, podría parecer que sería una buena mascota, pero nunca llega a ser un verdadero animal doméstico, puede morder a humanos, ser sucio en espacios no muy grandes (como defecar en su área de comida), y puede desarrollar obesidad si no es cuidadosamente alimentado o no hace el ejercicio que haría en su estado natural.”
Y otro día:
Salió al Atleti y la gente, que está en todo, reparó en Indy. Indy ya no es Indy, dicen los niños; o se ha hecho un lifting o es un impostor, un doble, un imitador, ese de ahí no es Indy, sinvergüenza, que sí, que sí, lo que pasa es que se ha hecho lo de Belén Esteban. Indy ha cambiado el plumaje natural teñido por plumas sintéticas, más resistentes a los chaparrones que le dejan hecho un asco como bien sabemos. Indy ya no tiene dientes, no ha recuperado los incisivos que perdió, dicen las malas lenguas, en una pelea de bar por culpa de una mapache casada. Indy ha cambiado la dentadura por una lengua roja y ridícula que le da aspecto de rata con sed o de hamster rijoso, que es ya lo que le faltaba al bicho. Indy ya no es Indy, nos lo ha dicho el Cesid tras mucho investigar, resulta que el nuevo Indy es el hijo ilegítimo del antiguo Indy y es conocido ahora como Indy Jr. Es más oscuro, y el cambio de capa se debe a que su madre no era mapache, como el padre, sino mofeta; Indy Jr es por tanto un mapache mestizo, un mofache o mapeta. El padre, tras los ultimatums del Club para que cuidara la higiene personal y la dentadura, está al parecer en las Vegas haciendo de figurante en un musical que recrea Mars Attacks. Qué pena de mapache, dice la gente en los bares, cuando juegan a las máquinas y reco-ogen lo que les sale.
Y es que da para mucho juego el mapache xDDDD