El italiano Andrea Pirlo, centrocampista de la Juventus, sugiere en su autobiografía que el Deportivo estaba dopado en el encuentro de cuartos de final de la Liga de Campeones de la temporada 2003-04 en el que derrotó 4-0 al que entonces era su equipo, el Milán, y le eliminó de la máxima competición continental tras haber caído 4-1 en la ida.
Según recoge el diario británico The Independent, Pirlo señala que no tiene pruebas, "así que no es una acusación, sino simplemente un pensamiento indecente", pero recuerda que en aquel encuentro los deportivistas iban "a mil kilómetros por hora".
"Incluso los que tenían mayor edad y que nunca habían destacado por combinar la velocidad con la resistencia", añade.
"Cuando el árbitro señaló el descanso, se fueron corriendo hacia el vestuario como si fueran Usain Bolt. No eran capaces de estar quietos", relata el veterano futbolista.
"Los jugadores del Dépor eran como hombres poseídos, galopando hacia un objetivo que sólo ellos podían ver. Nosotros nos quedamos completamente ciegos y abrumados", añade.
"Por primera y única vez en mi vida, me he preguntado si la gente con la que compartía el campo podía haberse tomado algo", insinúa.
Los jugadores del Dépor responden
Protagonistas del Deportivo en aquel encuentro le han respondido en las últimas horas en las redes sociales.
Es el caso de Víctor Sánchez del Amo, quien le dice que si tiene pensamientos indecentes, le recomienda aclararlos "viendo de nuevo el partido".
"Podrás encontrar la humildad que has perdido", indica el ahora ayudante técnico de Míchel en el Olympiacos.
Por su parte, el uruguayo Walter Pandiani asegura que Pirlo se equivoca y le recuerda que en aquel momento el Depor fue "mejor".
Una década de aquella remontada
El pasado día 7, la épica remontada del Deportivo ante el Milán en la Liga de Campeones cumplió diez años.
El Deportivo, que afrontaba su cuarta temporada consecutiva en la máxima competición continental, se encontró en cuartos de final con el conjunto italiano, que defendía título y tenía al actual entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, en el banquillo.
En el partido de ida, en San Siro el 23 de marzo de 2004, el Deportivo había caído 4-1 pese a haberse adelantado en el marcador con un tanto del uruguayo Walter Pandiani, y el resultado le dejaba a la espera de un "milagro", que se produjo en Riazor.
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