Hace medio año el Barça, mediante sus abogados y directivos anunciaban - "medio en secreto" una oferta multimillonaria de 125 millones de euros por cinco años. Algo extraordinario e irrechazable. Si bien el barça ha sido siempre un club donde su camiseta y sus colores nunca se manchaban, ahora parecía el momento de modernizarse y recibir dinero extra por ese medio. La publicidad en la camiseta.
Bien, pues era Xina. El 8 de mayo regresan del largo viaje diciendo que todo estaba OK y que sólo una cláusula de confidencialidad impedía al Barça hacer público el acuerdo con el Gobierno chino. Sonaba a cuento xino pero nos lo creímos.
Pues ayer 5 de octubre, llegó la siguiente noticia a todas las redacciones informativas del país: “El Barça da por liquidado el patrocinio de China, según ha podido saber EFE del propio club”.
Está claro que el contrato de China que nunca existió se ha ido al traste, pero lo que resulta lamentable es que nadie del club haya sido capaz de dar la cara y explicar con transparencia lo sucedido.
Mentirosos.