La táctica de cargar contra los colegiados ha cambiado de club. Si hasta hace pocas fechas se lamentaban en el entorno del Real Madrid sobre los arbitrajes recibidos, sobre todo en los clásicos, ahora la protesta se ha desplazado hasta la Ciudad Condal. Los siete puntos de desventaja del Barcelona con el Real Madrid han abierto la veda. Primero fue Messi después del encuentro frente al Villarreal, en el que señaló al colegiado como soberbio porque no atendía sus reclamaciones en el terreno de juego. Ahora le ha tocado el turno al presidente azulgrana. Sandro Rosell aprovechó un acto público para tensar aún más la cuerda: “Me gusta hacer la valoración al final de temporada, pero este año no pinta bien la cosa”.
En su reflexión pública mezcló los éxitos alcanzados hasta el momento: “la temporada ya es buenísima, hemos ganado tres de los seis títulos y aún podemos ganar otros tres. Pase lo que pase, la temporada es buenísima. Para que sea excelente hay que ganar más” con la defensa a ultranza de su estrella Messi. Para ello se sirvió del pisotón de Pepe al argentino en el Bernabéu durante un partido de Copa mencionando la actitud del Comité de Competición: “Si la cosa no funciona bien, el Barça tendrá algo que decir porque el fútbol se basa en el fair play”.
